Redacción El Observador
La incontinencia urinaria es una enfermedad que afecta mayoritariamente a las mujeres a partir de los 45 años, y tiene una gran repercusión en la calidad de vida de quienes la padecen.
Precisamente, de 2019 a febrero de 2021, se atendieron 1047 pacientes por incontinencia urinaria en los centros de salud del país. Esto de acuerdo con datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Alexánder Álvarez, ginecólogo y obstetra de la red médica de MediSmart, afirmó que este padecimiento actualmente se consulta con mayor frecuencia, lo que permite obtener un diagnóstico temprano.
El especialista indicó que esto es gracias a que ahora hay mayor acceso a la información y que las pacientes buscan cada vez más asesoría médica.
Causas de la incontinencia
La principal causa de la incontinencia urinaria en la mujer es la hipermovilidad uretral, es decir, que la uretra se mueve más de lo normal.
“Esto ocurre mayoritariamente por una debilidad en el piso pélvico. Toda condición que lleve a una debilidad del piso pélvico como tal, puede causar una incontinención.
“Por ejemplo: levantar cosas muy pesadas o tener malos hábitos como pasar muchas horas sin orinar. También puede afectar a quienes padecen de estreñimiento crónico”, mencionó Álvarez.
El tipo de incontinencia urinaria femenina más frecuente es la que se relaciona con la realización de esfuerzos como cuando tosemos, estornudamos, reímos o levantamos peso.
Esto ocurre cuando la orina se escapa al ejercer presión sobre la vejiga. Otro caso frecuente es el de la urgencia de orinar o la mixta, que es cuando se presenta las dos situaciones mencionadas anteriormente.
“La incontinencia de esfuerzo es más frecuente en mujeres jóvenes posterior a un embarazo. Antes se pensaba que estaba relacionado con la vía del parto, ya fuera vaginal o por cesárea.
“Sin embargo, sabemos que el simple hecho de tener un embarazo ya nos da un factor de riesgo. O una probabilidad de llegar a tener incontinencia.
“Además, hay otra causa llamada síndrome genitourinario de la menopausia, que normalmente se presenta después de los 50 años”, explicó Álvarez.
Diagnóstico
Generalmente el diagnóstico de este padecimiento es clínico, pero también, se puede complementar con otros procedimientos como es el caso de la urodinamia, que consiste en la valoración de la función de la vejiga para analizar en qué momento se presenta el escape de la orina.
El otro método que hay es el ultrasonido del peso pélvico, el cual valora la posición que tiene la uretra y la vejiga. La mayoría de los tratamientos para este padecimiento van dirigidos a aumentar el soporte de la uretra.
“Lo primero que se recomienda a la paciente es hacer cambios en su estilo de vida, como lo es la cantidad de líquidos que consume, ya que no debe exceder de dos litros al día y reeducar para que orine cada dos horas para evitar la sobrecarga en la vejiga.
“Adicionalmente, es relevante hacer ejercicios de piso pélvico para fortalecer esta musculatura, y lograr un mayor soporte a nivel de la uretra.
“El segundo paso, si se requiere, es la parte quirúrgica que consiste en colocar una malla, conocida como Sling, justamente debajo de la uretra con el fin de darle soporte cada vez que haga esfuerzo”, indicó el especialista parte de la red médica MediSmart.
De manera alternativa, hay otros tratamientos que han surgido con los años como lo son el láser, la radiofrecuencia, el ultrasonido focal y el más reciente que es la silla de electromagnetismo.
Como recomendación final, Álvarez insta a no normalizar la incontinencia urinaria. “Es vital consultar con el médico para hacer la valoración. Es importante que la paciente sepa que hay tecnología innovadora para tratar este padecimiento”.
