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La inspiradora historia de Ligia Álvarez: la mujer que transformó su adversidad en éxito empresarial

Fue así como con una mezcla de ingenio y conciencia ecológica, ideó su primer producto: bolsas reutilizables de tela 100% de algodón.

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 3 minutos
La inspiradora historia de Ligia Álvarez: la mujer que transformó su adversidad en éxito empresarial
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Resiliencia y determinación deberían ser los apellidos de Ligia.

Con una carrera en logística de transporte de carga internacional de más de 12 años, Ligia Álvarez Paniagua se enfrentó a un giro inesperado en su vida. Esto la llevó por un camino completamente nuevo, su emprendimiento de empaques: Enceraditicas.

“En el 2015, con tan solo 36 años, comencé a experimentar problemas de salud como parálisis faciales recurrentes, micro infartos a nivel cerebral, problemas de riñones.

“En el 2016, recibí el diagnóstico impactante de que sufría de síndrome antifosfolípido (SAFL, por sus siglas en inglés), lo que me mantuvo cuatro años incapacitada”, contó Ligia.

Este síndrome es un trastorno en el que el propio sistema inmunitario produce proteínas anormales que atacan a las células sanguíneas y al recubrimiento de los vasos sanguíneos de la persona.

Esto causa riesgos severos para la salud, por lo que tuvo que realizar una pausa forzada en su vida profesional.

Autoconocimiento y transformación

Al percatarse que tenía un nivel de estrés muy alto, que estaba inmersa en su trabajo y que contaba con poco tiempo para otras actividades, su enfermedad la llevó a replantearse por casi cuatro años no solo su estilo de vida, sino también la relación con su entorno.

“Mientras estaba enferma leía mucho en internet y comencé a interesarme por el tema ambiental. Fui más consciente sobre la enorme cantidad de comida que se bota y desperdicia en el mundo, cómo los plásticos perjudican la tierra, nuestra huella de carbono, el cambio climático…”, comentó.

Fue así como con una mezcla de ingenio y conciencia ecológica, ideó su primer producto: bolsas reutilizables de tela 100% de algodón.

Lo anterior para sustituir las bolsitas plásticas de los sándwiches de las loncheras de sus hijos. Además, a esa misma bolsa le dio otro uso, el de servilleta. “Fue el primer paso hacia un cambio mayor”, dijo con orgullo.

A medida que su salud mejoró, esta vecina de San Rafael de Heredia se dedicó a investigar alternativas ecológicas y saludables.

“Descubrí que en Nueva Zelanda existían envolturas de tela impermeabilizadas con resinas naturales, que con el calor de la mano se adhieren al alimento y lo conservan fresco por más tiempo”, añadió.

La tropicalización de la idea… y nace el producto

Esa investigación en la red y lo aprendido por los desafíos enfrentados dio sus frutos. “Tomé la idea y la tropicalicé utilizando como materia prima nuestra cera de abeja.

“Participé en el concurso “Startup Weekend 2019” y de los 50 proyectos participantes gané el primer lugar. La Universidad Estatal a Distancia (UNED), que era uno de los jueces, me dio todo su apoyo a través de capacitaciones en la esfera administrativa y contable.

“Logré generar un proyecto disruptivo, 100% costarricense y  amigable con el medio ambiente, que incluso ha recibido otros premios, como por ejemplo en la categoría de Crecimiento Verde de Procomer y en el concurso “Sin desperdicios Centroamérica”, añadió.

Así nacieron las “Enceraditicas“, empaques innovadores de tela, que no solo reemplazan el plástico, sino que son sostenibles y biodegradables.

“Nuestros empaques sirven para guardar alimentos, especialmente aguacates, limones, culantro, otros. Mediante la resina de cera de abeja impregnada en nuestras bolsitas de tela, los alimentos se impermeabilizan y así se alarga su vida útil porque no pierden agua tan rápidamente como en otro tipo de empaques”.

Además, la cera de abeja tiene propiedades bactericidas y fungicidas, por lo que protege a los alimentos de la creación de bacterias u hongos.

Su camino con Walmart

En noviembre de 2021, Ligia tocó las puertas de Walmart, y fue en 2022 que inicia relaciones con la cadena para vender sus productos en todas las tiendas Walmart y Masxmenos.

“La primera vez que vi mi producto en Walmart  me puse a llorar, no podía creer que mis bolsitas estaban expuestas allí. Fue un paso grandísimo y una bendición a nuestras vidas”, expresó emocionada.

Actualmente, su empresa Manos Creativas forma parte del programa Una Mano para Crecer de Walmart Costa Rica, donde se trabaja con los pequeños y medianos proveedores de manufactura.

Aquí se les apoya en su crecimiento para que sigan mejorando su desempeño comercial, administrativo y empresarial.

El emprendimiento de Ligia hoy está certificado como Esencial Costa Rica, (que permite garantizar la calidad de sus productos).

Se enfoca en contratar a mujeres jefas de hogar y genera encadenamientos con  productores nacionales de cera de abeja, aceite de coco, tela de algodón, entre otros.

“Mi enfermedad fue un punto de inflexión en mi vida, que me enseñó a valorar la vida y retribuir al medio ambiente todo lo que este nos da”, reflexiona Ligia, quien a su vez recuerda que “en medio de la adversidad, podemos encontrar oportunidades para crecer y triunfar”.