Visión País

Las estadísticas muestran cuales son los 3 grupos con más dificultades para encontrar trabajo en Costa Rica

por Tomás Gómez
Observador CR

 

Foto Archivo El Observador

La estadística confirma que la igualdad no siempre está presente al buscar trabajo y los datos del Informe del Estado de la Nación de este año así lo confirman.

Por años, el grupo de expertos ya había llamado la atención de cómo las mujeres, los jóvenes y las personas de baja escolaridad la tenían mucho más complicada para acceder a un empleo. Junto a datos, ahora es más sencillo comprender en comportamiento.

“En 2021 la probabilidad de que una persona entre 15 y 35 años encontrara trabajo era 47% versus el 60% de probabilidad de una persona adulta”, detalló la investigadora Natalia Morales.

“Mientras que, la probabilidad de las mujeres era del 37%, versus un 63% de los hombres”, sumó.

A ellos se suman también las personas con baja escolaridad, para quienes cada vez se abre menos mercado.

Aparejado a ello está también el factor de que el tema estuvo de previo a la pandemia y que se ha mantenido después de ella; por lo que no es achacable a la crisis que llegó en 2020.

“Estas brechas, sin embargo, no son coyunturales sino estructurales”, señala el texto.

Para dimensionar el escenario, basta con ver que para el 2021 se dio una recuperación del 94% del empleo respecto al 2019. Eso sí, el acceso a las fuentes laborales de calidad sí quedó marcado por las trabas de ingreso; que altera el desarrollo de los grupos ya señalados.

“Al primer trimestre del 2022 los únicos indicadores laborales prepandemia que se han recuperado en el país son los empleos de personas calificadas y las personas mayores de 35 años”, suma el texto.

Efecto rebote no alcanza en el trabajo

Luego del golpe de la pandemia en 2020, las estadísticas económicas del año pasado mostraban un “efecto rebote”. Este llama a un análisis más prudente según los expertos.

Esto abarca la productividad del país y con ella los temas de generación de empleo.

“Luego de reportar una gran contracción de la economía en 2020 (-4,1%), el año pasado
la mayor parte de las actividades productivas tuvieron una mejora en su crecimiento, con excepción de la administración pública”, menciona Pamela Jiménez, coordinadora de los temas de oportunidades y estabilidad en el informe.

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Pero mientras llegaban esos datos moderadamente optimistas, los empleos no crecieron de manera paralela.

Jiménez recalca que ese separación entre el crecimiento económico y el laboral “supone un aumento de la productividad laboral en un contexto de profunda desconexión entre la producción y el mercado de trabajo”.

Capacitar personal y adaptarlo a nuevos entornos será clave para ir haciendo la transición al nuevo mercado del trabajo (Presidencia)

Diferentes crecimientos

Al desgranar por sectores el crecimiento económico, el Estado de la Nación muestra las diversas velocidades e impactos en el ámbito laboral.

El agro, manufactura, intermediación financiera, actividades profesionales, enseñanza y salud; las cuales en conjunto representan casi la mitad del empleo total (47%) no lograron ese empate.

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De hecho, solo en temas de electricidad, agua y saneamiento se reportó un crecimiento equivalente entre lo productivo y la generación de empleos.

Una variante adicional es la geográfica. El informe aduce que hay áreas como las exportaciones que tienen importantes crecimientos, pero muchas de las empresas están en el centro del país; por lo que su impacto a nivel nacional es diferente al regional.

¿Quién podrá aprovechar las oportunidades?

Sobre cómo logran las empresas tener la misma productividad con menos empleo, el informe apuesta por la hipótesis de una mayor eficiencia, sobre todo asociada a la automatización.

Guiándose por la experiencia internacional, el tema se torna preocupante a nivel laboral. En muchos casos, la tecnología comienza por suplantar a los empleos menos calificados; lo que implicaría una traba adicional para las personas de baja calificación profesional.

“En el caso de Costa Rica esto implicaría una acumulación, cada vez mayor, de población desempleada, pues la mayoría de las personas en edad de trabajar tienen un perfil no calificado(50%)”, alertó la experta.

 

Ventas informales y otros emprendimientos de este tipo permiten a las personas algún ingreso pero sin la calidad de un trabajo formal (El Observador)