Según el corte del martes sobre contagios de COVID-19 en Costa Rica, unas 530 personas sufren la enfermedad y están en sus hogares afrontándola. Esta cifra equivale a un 96% del total de casos.
¿Cómo es su vida en aislamiento? El Ministerio de Salud cuenta con una serie de directrices para la atención de los pacientes en el hogar, tanto para la persona contagiada, como para sus familiares.
Aislamiento en la casa
Salud recomienda que el paciente con el nuevo coronavirus, permanezca en una vivienda adecuada, en una habitación con buena ventilación, donde debe permanecer en aislamiento.
A la vez, especifica que deben seguirse los siguientes lineamientos:
- La habitación permanecerá con la puerta cerrada hasta que culmine su aislamiento.
- También consideran importante designar un baño exclusivo para el paciente.
- Si esto no es posible, deberá ser limpiado con cloro cada vez que el paciente lo utilice.
- La persona contagiada debe utilizar mascarilla para salir a cualquier otra parte de la vivienda.
- Se requiere de la disponibilidad de un teléfono, con tal de que el personal de salud lo contacte a diario, para tener conocimiento sobre el estado del paciente.
- En caso de que en la vivienda haya otras personas en condición de vulnerabilidad, se recomienda que estos se alojen en las casas de algún otro familiar.
- Salud también recomienda colocar un intercomunicador (como los utilizados para la vigilancia de bebés) con tal de que pueda comunicarse con familiares. También puede hacerlo mediante celular.
- Los demás integrantes del hogar deben de instalarse en otra habitación. De no ser posible, tendrán que guardar distancia mínima de un metro con el enfermo.
- Deberán colocar un basurero con tapa de apertura de pedal y en su interior, una bolsa plástica con cierre hermético.
De tener contacto -aunque sea mínimo- con el familiar positivo, debe lavarse las manos con agua y jabón. Foto: Freepik.
Cada quien con sus utensilios
Usualmente en los hogares, las personas comparten utensilios como platos, cucharas y tenedores.
Sin embargo, cuando un familiar esté contagiado, esas reglas cambian:
- Se recomienda a cada miembro tener sus utensilios.
- No compartir platos, cubiertos, vasos, toallas.
- Lo mejor es que el secado de manos sea con toallas de papel, en vez de paños.
- La ropa de cama y toallas utilizada por el paciente, debe lavarse con jabón habitual a 60-90°C. Se debe secar al aire libre y colocar en una bolsa hasta su uso.
- Todos los miembros del hogar deben lavarse las manos con agua y jabón por cualquier contacto con el paciente.
El paciente y su cuidador
Ahora bien, si los familiares deben tener mucho cuidado, tanto el paciente como su cuidador, deben extremar las medidas con tal de evitar el contagio a otro miembro.
- La persona enferma debe cubrirse la boca y nariz al estornudar, y de inmediato debe lavarse las manos.
- Es completamente prohibido recibir visitas.
- Cuando paciente y cuidador estén en cerca, ambos tienen que utilizar mascarilla quirúrgica.
- La persona que cuida al paciente, no debe tener factores de riesgo como enfermedades crónicas cardíacas, pulmonares, renales, inmunodepresión, diabetes o embarazo.
- En caso de tener contacto con secreciones del enfermo, el cuidador debe portar guantes desechables.
- Todo el material de desecho utilizado por ambos, debe de eliminarse en el basurero colocado en la habitación de aislamiento.
Cabe destacar que las superficies que suelen ser de contacto, como mesas de noche o muebles de dormitorio y estructuras de cama, se deben desinfectar a diario.
Quien se encargue de la limpieza, está en la obligación de utilizar mascarilla.
Menos privilegiados
Pese a los lineamientos de Salud, el Programa Estado de la Nación advirtió que no todas las viviendas en el país tienen condiciones para un aislamiento.
En detalle, señalan que de los 1,6 millones de hogares en Costa Rica, al menos un 9% está en mal estado y en un 2% sus integrantes viven en hacinamiento, es decir, más de 3 personas en un mismo dormitorio.
También, un 15% de las casas miden menos de 40 metros cuadrados y hay un estimado de 104 mil hogares sin acceso a agua, electricidad y manejo de residuos sólidos.
“Aproximadamente 335.900 hogares (21%) se encontraban en condiciones de pobreza antes de la crisis, de los cuales 93.500 ni siquiera tenían los ingresos mínimos para cubrir las necesidades básicas alimentarias”, agregaron.
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