Josué Alvarado
La Fuerza de Trabajo de Costa Rica y la población ocupada (con trabajo) siguen disminuyendo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
La Encuesta Continua de Empleo (ECE) correspondiente a los meses de enero, febrero y marzo del 2023 muestra un deterioro en comparación con el mismo periodo del 2022 en estos indicadores.
Por ejemplo, la Fuerza de Trabajo pasó de 2,43 millones de personas a 2,34 millones.
Este grupo incluye a las personas ocupadas, es decir a las que tienen un trabajo. También a las desempleadas, que son las que no tienen empleo, pero activamente están en busca de uno.
El INEC señaló que esta variación en la Fuerza de Trabajo es significativa. Como consecuencia, aumenta la población Fuera de la Fuerza de Trabajo.
Este comportamiento a la baja en la Fuerza de Trabajo se reporta desde setiembre del 2022.
La investigadora del Programa Estado de la Nación (PEN), Natalia Morales, había explicado a El Observador que estas disminuciones se pueden considerar "destrucción" de puestos de trabajo.
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85.000 personas ocupadas menos
El grupo de personas ocupadas (con trabajo) disminuyó en el mismo periodo. Pasó de estar conformado por 2.102.076 personas a inicios del 2022 a 2.098.103.
Es decir, hubo 85.421 personas con trabajo menos al inicio del 2023 que un año atrás.
Pero la reciente encuesta también revela que hubo un menor número de personas desempleadas, es decir, de aquellas que no tienen trabajo pero andan en busca de uno.
El número pasó de 330.227 a 248.779 personas entre el inicio del 2022 y el del 2023. La disminución es de 81.448 personas en esta condición.
Es decir, de manera simultánea disminuye el número de personas ocupadas y de personas desempleadas.
Aunque parezca contradictorio, esto es posible por un motivo: para que una persona sea contabilizada como desempleada debe estar en busca de trabajo. Si no lo busca entra en otra categoría llamada Fuera de la Fuerza de Trabajo, que ha tenido un crecimiento durante el último semestre.
Las personas pueden quedar fuera de la fuerza laboral porque se pensionan o porque optan por retirarse de forma anticipada.
También está el grupo de personas (mayoritariamente mujeres) que por las responsabilidades de cuido que la sociedad le impone debe de quedarse en el hogar, sin generar recursos.
Otro grupo es el de las desalentadas, es decir, las que se cansaron de buscar trabajo por la falta de oportunidades o no tienen los recursos para hacerlo.
En todo caso, una población más pequeña con trabajo significa que hay menos miembros de la familia llevando dinero a los hogares.
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De esta forma, crece el número de personas que dependen económicamente de las que sí producen. Esto se traduce en un menor poder adquisitivo y, a su vez, en un aumento de la pobreza.
Recientemente, la Universidad de Costa Rica (UCR) calculó que la pobreza en Costa Rica aumentó de 23,04% a 24,90% de junio a diciembre del año 2022.
Por otro lado, la pobreza extrema pasó de 6,38% a 7,91% en el mismo periodo.
Esto significa que uno de cada cuatro hogares en Costa Rica no cuentan con los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades. La situación es peor en las zonas rurales del país.
