Nayuribe Vargas para El Observador
Poco después de las 6 a.m. los aficionados ticos, luciendo la camiseta roja y con una sonrisa en el rostro, se comenzaron a acercar a la Fuente de la Hispanidad, el icónico lugar de celebración de las victorias de La Sele.
No importó la hora, porque este domingo o se madrugó o simplemente otros no se durmió. Pero valió la pena para saborear ese triunfo 1-0 frente a la Selección de Japón.
Incluso, una pareja de novios. Él con su traje y ella con su vestido blanco se unieron a la celebración y se fueron también para la Fuente de la Hispanidad.
Ahí fueron aplaudidos.
Porque con los triunfos de La Sele, en la Hispanidad, los aficionados no solo se unen sino que constituyen una especie de hermandad.
Propios y extraños, ríen, brincan y se abrazan.
El triunfo de la Selección de Costa Rica contra su similar de Japón este domingo le devuelve las esperanzas a Costa Rica, luego de una fatídica derrota 0-7 contra España el miércoles anterior.
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