Los recientes acontecimientos en Nicaragua no pasan desapercibidos para los Estados Unidos, principal socio político y comercial de la región.
Además de condenar las acciones, el Gobierno norteamericano apunta a evitar una crisis humanitaria que provoque desestabilización en el istmo.
Con tal de evitar otro desplazamiento forzado de nicaragüenses -que afectaría directamente a Costa Rica- surge la idea de establecer un plan de coordinación multilateral que cuente con el respaldo estadounidense. Esto permitiría una repartición más equitativa de las responsabilidades sociales entre los diferentes países de la región.
Así lo confirmó Amy Pope, asesora del Presidente Joe Biden durante una visita oficial en el marco de la Cumbre Extraordinaria del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), celebrada en nuestro país.
“Estamos profundamente preocupados por lo que está pasando en Nicaragua y condenamos el arresto de los cuatro precandidato presidenciales. Como es conocido, aplicamos sanciones a individuos.
“Pero, sabemos que cuando algo así sucede, esto también genera una presión migratoria y como Costa Rica es la vecina de Nicaragua, el país recibirá a muchas de esas personas. Sin embargo, mantenemos la firme convicción de que los Estados Unidos y los otros países de la región podemos apoyar a Costa Rica.
“Por ejemplo, habrá oportunidades para que los nicaragüenses puedan solicitar protección en los Estados Unidos. No todos los migrantes tienen, ni pueden quedarse en Costa Rica. Colectivamente, como región tenemos que brindar protección a los nicaragüenses. Eso es algo que estamos planeado hacer con el gobierno (costarricense)”, expresó.
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La portavoz, fue parte del evento de solidaridad hacia los desplazados forzados y las comunidades que los acogen en Centroamérica y México.
En una conversación con El Observador, AFP y Voice of America, Pope también destacó a Costa Rica como un modelo ejemplar en la asistencia humanitaria.
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Aprender de la región
La representante estadounidense afirmó que más allá de querer dictar los lineamientos de una hoja de ruta, su principal misión es aprender de la región.
“Cada país centroamericano es único. Cada nación está enfrentando sus propios desafíos. Tienen sus gobiernos y sus formas de relacionarse con sus ciudadanos. Un enfoque genérico no va a funcionar, eso lo sabemos. Por cierto, tenemos claro que los Estados Unidos no es el experto aquí.
“Es por ello que vinimos. Queremos aprender de los países de la región que sí son los expertos en el istmo. Esperamos aprender de ellos. Queremos apoyar sus esfuerzos y aliarnos con ellos en acercamientos que tengan sentido, basándose en las circunstancias individuales de cada país. Si no hacemos eso, no vamos a triunfar”, recalcó.
Esta asesora es la candidata del gobierno estadounidense para el puesto de directora general de Administración y Reforma en la Organización Internacional de la Migración (OIM).
Esto la convierte en la segunda funcionaria de más alto rango que visita el país para conversar con las autoridades locales sobre el tema.
El 1 de junio, el Secretario de Estado de los EE.UU, Antony Blinken, visitó el país para plantear una agenda multilateral enfocada en tres pilares: economía, migración y seguridad. La vicepresidenta Kamala Harris estuvo en Guatemala y México con la misma intención.
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Formalidad en los desplazamientos
La experta estima que una coordinación multilateral permitiría mayor formalidad en los desplazamientos.
Esto sería particularmente provechoso para atacar el problema del tráfico humano y las ganancias de grupos criminales que se dedican a servir como proveedores de “coyotes”, como se le conoce popularmente a quienes se dedican a esta actividad ilegal.
“Los Estados Unidos es un mejor país gracias a los migrantes, sin lugar a dudas. Los resultados están ahí. En ciudades como Detroit, por ejemplo, más bien ayudaron a reconstruir su economía.
“Trajeron talento, trajeron juventud, trajeron habilidades y sus propios recursos a esas comunidades. Como resultado, ayuda a revivirlas ya que, de otra forma, estarían muriendo (…).
“Hay que crear esperanza a nivel local. Trabajar con los gobiernos para propiciar oportunidades a sus ciudadanos. En el caso de no lograrlo, hay que fomentar canales de migración para que puedan buscar protección y oportunidades de manera legal. Esa es la prioridad número uno”, sentenció.
En las últimas décadas, grupos importantes de personas provenientes del Medio Oriente, así como desde África, se han asentado en Detroit.
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Apoyo financiero y logístico
Pope reconoce que un plan tan ambicioso tiene sus particularidades y su éxito depende de la resistencia del eslabón más débil. Por ello estima necesario que los gobiernos locales también tengan el apoyo financiero y logístico para expandir sus programas de asistencia.
Es por ello que el país recibirá un porcentaje de un desembolso de $57 millones para países de la región que colaboran con ayuda humanitaria. Esto se suma a los $28 millones, anunciados por el Secretario Blinken durante su visita, para que el país expanda sus proyectos de asistencia a desplazados.
Con ello, se busca reforzar la atención de nicaragüenses y venezolanos que han tenido que salir de su territorio por la tensa situación sociopolítica que experimentan ambas naciones y se han quedado en el país mientras tanto.
En ese sentido, Pope fue clara al asegurar que Costa Rica ha sido un modelo ejemplar en la atención y despliegue de ayuda humanitaria.
Desde abril del 2018, cuando estallaron las protestas sociales por reformas al Seguro Social, el país ha vivido una tensa situación. Esto ha obligado a más de 100.000 nicaragüenses a abandonar su país en los últimos tres años. Así lo indican las cifras de la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados.