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“Homeless” en el primer mundo: ¿cómo las personas “sin techo” también están en Los Ángeles o Manhattan?

La problemática está escalando en Estados Unidos y diversas publicaciones han venido profundizando en la situación que cada vez sorprende más a los visitantes.

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 5 minutos
“Homeless” en el primer mundo: ¿cómo las personas “sin techo” también están en Los Ángeles o Manhattan?
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En algunos estados se debe a la crisis de las drogas sintéticas, en otros a la ola de migración y también la gentrificación de algunas ciudades tiene parte de la culpa.

Aunque el fenómeno de las personas sin techo no es nuevo y es recurrente en países con las más diversas economías, en aquellos lugares con más desarrollo la imagen de una persona que debe pasar la noche en un parque famoso o a los pies de un rascacielos no deja de llamar la atención.

La problemática está escalando en Estados Unidos y diversas publicaciones han venido profundizando en la situación que cada vez sorprende más a los visitantes y se convierte en paisaje normalizado para los residentes.

A diferencia de otros lugares, estar en esa condición de desamparo puede complicarse más en lugares de este tipo. Desde la diferencia en los servicios sociales hasta condiciones mucho más crudas de invierno representan retos que dan una cara humana a un problema que sigue en crecimiento.

Carritos de supermercado con las pertenencias de la persona sin techo, una imagen que aparece cada vez en las calles de Estados Unidos (Maddie Serrano/El Observador)

Dimensionando el problema

En su informe del último año, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Humano de Estados Unidos (equivalente a un Ministerio) enlistó algunos datos claves para entender el problema de las personas que se quedan sin hogar en el país.

Las tesis abarcan:

  • 582.462 personas estaban sin vivienda, lo que equivale a 18 de cada 10.000
  • 4 de cada 10 personas sin techo no tienen refugio. Esto quiere decir que casi la mitad está en lugares no aptos para vivir.
  • El 28% de las víctimas quedan en esa condición junto a esa familia. Eso sí, cuando se trata de grupos familiares es más factible que reciban asistencia o refugio al menos temporal.

Dentro de las personas sin refugio, que son la cara más visible de la crisis, estas ascienden a más de 230.000. Sobre su perfil destaca que en un 68% son hombres, casi todos mayores de 24 años.

El factor étnico también muestra diferencias: 57,2% son personas blancas, el 26,9% afrodescendientes y el 4,6% tienen orígenes indígenas.

Cada estado, una historia

Las diferencias que caracterizan a los diferentes estados dentro de la Unión Americana se notan también en las particularidades sobre la indigencia en cada uno.

California, donde las estadísticas son particularmente crudas, combina dos realidades. Por un lado sigue siendo una meca tecnológica y por otro, ese desarrollo va disparando el costo de vida, al grado de volver imposible para muchas personas la subsistencia en sus ciudades.

Ahí la polémica se ha encendido por las medidas políticas que se han implementado. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Culver City, donde Apple establecerá una de sus principales sedes, pasó a inicios de año una regulación que prohibió la instalación de tiendas de campaña.

El medio USA Today recopiló otras situaciones de esta línea, donde destacan:

  • North Hollywood tiene una ordenanza que prohibe "sentarse, acostarse o dormir" en alrededor de vías determinadas.
  • Santa Mónica retomó prohibiciones para establecer campamentos en puntos determinados. Esto implica tiendas de campaña, cabañas, catres, camas, hamacas o cualquier otro "refugio físico temporal".
  • Los Ángeles vetó las tiendas de campaña a menos de 150 metros de centros educativos y guarderías.

En la costa este la movilización de las personas hacia las calles tiene otros matices.

Varias ciudades enfrentan la crisis de drogas como el fentanilo. En ellas, personas de todos los estratos sociales han quedado en las vías públicas bajo los efectos de las sustancias, que suelen compararse con la imagen de "zombies".

En lugares icónicos como Filadelfia (en el estado de Pensilvania) estos productos lograron amplio dominio por una mezcla de bajos precios y alta adicción, superando la dependencia de sustancias como la heroína.

Incluso, allí hay un barrio llamado Kensington, que se convirtió en refugio para los consumidores de drogas cada vez más potentes y con más devastadores efectos, según un reportaje especial reciente de la cadena Univisión.

"Sus calles ya han sido invadidas por el fentanilo y la llamada ‘tranq’ o xilazina, un fármaco de uso veterinario que literalmente come carne", publicó la cadena en su reporte.

Los nuevos nichos de drogas generaron otro esquema de personas viviendo en las calles de Estados Unidos (AFP)

Nuevo factor: la nacionalidad

Un poco más al norte, en Nueva York, comienza a colarse el factor de nacionalidad.

La normativa de la ciudad obliga a dotar de hospedaje, comida y atención médica a los solicitantes, pero el ritmo con que están llegando los extranjeros está reflejándose también en una crisis de población no atendida en las calles.

Para el último año en arribo superó las 110.000 personas, muchas enviadas por estados republicanos (como Texas o Florida) como estrategia contra las políticas migratorias del Gobierno de Joe Biden, del Partido Demócrata.

Aunque demócrata, el alcalde local, Eric Adams, ya alza la voz también por la situación y advierte de las consecuencias.

"La inmigración destruirá Nueva York", consignó hace algunos días en un cabildo abierto cubierto por la agencia de noticias AFP. Ahí se detalló que a la masiva llegada de venezolanos de los últimos años se están sumando ahora ecuatorianos y personas de África Occidental. Incluso también va apareciendo población de raíces rusas.

Cada persona sin techo es una historia

Más allá del número que representa una persona que vive en una acera norteamericana, hay más elementos sociológicos que permiten identificar características de esas miles de almas.

La revista TIME publicó hace algunas semanas una serie de estadísticas obtenidas tras entrevistar a cientos de ellos radicados en California, sitio con uno de los peores escenarios como ya se ha mencionado arriba.

"La gente no suele quedarse sin hogar de repente. A menudo es un proceso de toboganes y escaleras, excepto que hay muchos toboganes y casi ninguna escalera. 

"Y hay un período justo antes de que caigan en la ruina y no tengan dónde vivir, durante el cual, según creen muchos expertos, un par de redes bien colocadas podrían evitar que se vean obligados a dormir en las calles, en sus automóviles u otros lugares que no están pensados ​​como hogares", comienza la investigación.

De ahí se analizan luego altas tasas de problemas de salud mental o adicciones entre los afectados.

Se suma a ello que el haberse quedado sin ingresos es la principal explicación de las personas que ahora están en la calle.

La soledad, eso sí, termina siendo también un factor clave entre estas personas, que en su mayoría tampoco tuvieron a quien pedir ayuda.

"El informe encontró que dos tercios de todas las personas entrevistadas no buscaron ayuda de nadie antes de quedarse sin hogar", cierra la publicación.

Imágenes de Washington D.C. Aún en la capital de Estados Unidos el problema de las personas sin hogar se hace palpable (Maddie Serrano/El Observador)