Sergio Arce
Pabla Thomen pensó que ella y su pequeña hija Alma de 2 años no llegarían con vida a Asunción, capital de Paraguay, la noche de este miércoles.
Ella era una de las 48 personas que viajaron en el vuelo 1325 de Latam Airlines y vivieron minutos de horror a causa de una tormenta que azotó la aeronave.
Algunos pasajeros se descompensaron por las fuertes turbulencias y tuvieron que recibir asistencia médica una vez llegaron al aeropuerto internacional Silvio Pettirossi.
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Pero también producto del incidente el avión aterrizó sin un motor y con graves daños, entre ellos rasgaduras en el parabrisas y la parte frontal destrozada.
“Las condiciones meteorológicas encontradas durante la ruta impactaron la operación y causaron daños externos en la aeronave”, aseguró Latam en un comunicado de prensa.
El avión salió de Santiago de Chile, pero por las condiciones climáticas en Asunción se desvió a Foz de Iguazú en Brasil.
Allí el capitán explicó a los pasajeros que las condiciones climáticas los obligaban a permanecer en suelo durante un tiempo prudencial.
También indicó que los pasajeros que desearían abandonar el avión en vista de que se escuchaban algunas personas ofuscadas.
Horas después volvió a emprender vuelo para completar su periplo. A su llegada a la capital el avión se vio azotado por la tormenta acompañada de granizo.
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El director de Aeropuertos, Douglas Cubilla, comentó que su representada ya inició una investigación sobre el caso.
“Nos pidieron prepararnos para el impacto, para estrellarnos”
Thomen – exmodelo y conductora de televisión- relató su historia a El Observador, aún sin poder creer lo que vivió. De hecho confesó que hasta ahora asimila lo que experimentó en un vuelo de terror y en el que pensó que no viviría para contarlo.
Ella cuenta que se “queda corta” para dimensionar lo ocurrido en este viaje, que para ella era muy especial, puesto que se trataba del primero que hacía con su pequeña Alma.
Una vez el avión despegó de Foz de Iguazú ella ni las 47 personas restantes a bordo del vuelo de Latam se imaginaron lo que les esperaba.
El episodio relatado por Thomen es dramático. Ella cuenta que en medio del pánico el piloto y una azafata les pidieron que se prepararan para el impacto.
Ella se desesperó porque su pequeña hija no estaba abrochada. Un pasajero se levantó de su asiento para sentarse junto a ella y proteger a la pequeña Alma.
Mientras tanto su madre solo atinó por despedirse de sus allegados con sus pensamientos, pero ante todo besar a su retoño y prometerle que estarían juntas en la eternidad.
Incluso, no lo pensó dos veces para aferrarse a sus documentos personales en caso de que las tuvieran que identificar si hubiese ocurrido una tragedia, agregó Thomen.
