Juan Pablo Arias
La colocación de crédito para el sector privado prácticamente se estancará durante lo que queda del año como consecuencia directa de la paralización de actividades por la pandemia de COVID-19.
El pronóstico de crecimiento para el cierre del 2020 es de apenas un 0,5%, según las estimaciones presentadas el viernes por el Banco Central de Costa Rica.
La cifra es una décima parte de lo que se previó en el Programa Macroeconómico 2020-2021, divulgado a finales de enero. Según aquel cálculo, el crecimiento sería de un 4,9% al cierre de este año.
Rodrigo Cubero, presidente de la Autoridad Monetaria, explicó que el estancamiento en el crédito responde a las bajas expectativas de crecimiento económico, con motivo del COVID-19, y de una priorización de los bancos por mantener el crédito sano.
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Entre otros destinos, los entes financieros dirigen buena parte de su liquidez a las readecuaciones, lo que les permitirá evitar que los deudores caigan en situación de morosidad.
Sería hasta el 2021 cuando se registre un crecimiento moderado en la colocación de prestamos, cercano al 4,7%, una vez que la mayoría de las actividades económicas vuelvan a restablecer su operación.
“En 2021 será mucho más alto que lo que hemos visto en los últimos meses y de lo que se espera para el resto de este año”, agregó.
Readecuaciones a la orden del día
Los planes aplicados por los 14 bancos públicos y privados del país, para flexibilizar las condiciones de pago de los deudores afectados por la emergencia del COVID-19, abarcaron hasta el 15 de abril un total de 2.180.436 operaciones de crédito de 1.362.772 personas, lo cual cubre al 90% de las personas con créditos en el Sistema Bancario Nacional.
Estas operaciones, en créditos personales, cubren 1.738.415 operaciones de tarjetas de crédito, 299.471 operaciones de crédito de consumo, 78.428 créditos de vivienda y 64.122 préstamos para compra de vehículo.
Según datos previstos por la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), también se incorporaron 83.007 operaciones crediticias de empresas. En estos casos la prioridad han sido las pequeñas y medianas empresas, con un total de 71.707 operaciones.
