Redacción El Observador
El Gobierno de Daniel Ortega ordenó a grupos vecinales, mejor conocidos como integrantes del Consejo del Poder Ciudadano (CPC), a espiar y delatar a aquellas personas del barrio que usen guantes y mascarillas, en momentos cuando el mundo vive una pandemia por el Coronavirus Covid-19, que ya provocó más de 65.000 muertos y más de un millón 200 mil enfermos.
Un extenso reporte del medio digital Confidencial de Nicaragua, da cuenta de que estas personas persiguen a los vecinos que observan caminando con guantes o mascarillas; les preguntan por qué los usan y los amenazan con marcar sus casas.
“La señora que nombraremos ‘Alejandra’ —nos pidió proteger su identidad— caminaba en una calle de las afueras de Managua, cuando fue abordada e interpelada por dos jóvenes porque usaba un tapaboca y guantes. Ella fue acosada hasta su casa de habitación, donde horas después se presentó un equipo del Ministerio de Salud (Minsa), guiado por uno de los hombres que había intimidado a la mujer.
“‘Alejandra’ identificó al sujeto que llevó a los funcionarios del Minsa, era el familiar de una dirigente del Consejo del Poder Ciudadano (CPC) de la zona. El equipo de salud exigió toda la información de las personas que viven en la casa, y les ordenaron “no salir” y seguir todas las recomendaciones para evitar el contagio del covid-19”, publicó este sábado Confidencial.
Pero no se trata de una simple anécdota. Es una política gubernamental, según reveló la recién nombrada ministra de Salud, Martha Reyes en una entrevista con el oficialista canal 10.
“En el tema de vigilancia tenemos tres puntos claves: lo que hacemos en los puntos de entrada, en trabajos coordinados con las diferentes instituciones; la vigilancia que hacemos a través de las unidades de salud; también tenemos la vigilancia comunitaria”, aseguró la funcionaria.
Entretanto, en la vecina nación el tema del coronavirus se sigue manejando con mucha dispersión, opacidad y hasta desinterés por parte de las autoridades, que no le han dado la importancia del caso.
Varias pruebas: Daniel Ortega tiene casi tres semanas de que no aparece en público para explicar cuál es la política sanitaria al respecto; la que asumió ese papel es su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, pero lejos de llamar a la prevención y contención, más bien se ha dado a la tarea de invitar a los nicaragüenses a disfrutar el verano.
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Y, aunque hay una parte del pueblo que ha preferido quedarse en sus casas, una gran mayoría desoye lo que pasa en el resto del mundo y acude en masa a las playas, carreras y hasta inauguraciones de obras públicas.
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Mientras el país parece vivir en una burbuja, los opositores y medios de prensa no oficiales se preguntan: ¿cuántos casos de coronavirus hay realmente en Nicaragua? Por ahora el Gobierno asegura que no son más que 4, un deceso y hay 12 casos en seguimiento como sospechosos. Pero parecen cifras no creíbles para estos sectores que piden transparencia, algo que el gobierno orteguista prefiere obviar de su lenguaje diario.
