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Seguros y emprendimientos: cómo y por qué proteger pequeños negocios que nacieron tras la pandemia

Elaborar postres para vender a domicilio, brindar el servicio de transporte de mercaderías y abrir un pequeño negocio de manualidades…

Por Juan Pablo Arias

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Seguros y emprendimientos: cómo y por qué proteger pequeños negocios que nacieron tras la pandemia
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Elaborar postres para vender a domicilio, brindar el servicio de transporte de mercaderías y abrir un pequeño negocio de manualidades o artesanías son solo algunos de los emprendimientos a los que han recurrido los costarricenses en los últimos meses.

En 2020 un inédito confinamiento, la reducción de aforos y las restricciones a la movilidad se tradujeron en reducciones de jornadas, suspensiones de contratos y despidos de trabajadores. A lo largo de ese año se destruyeron empleos que no se recuperaron.

Dichos ceses laborales, a su vez obligaron a muchas familias a la reinvención de negocios, la innovación y la transformación de actividades en un intento por generar ingresos mientras la economía seguía cerrada.

Estos emprendimientos, sin embargo, están expuestos a riesgos que sus dueños suelen desconocer y -en el peor de los casos- pueden acabar con el patrimonio de la familia.

¿Cómo proteger pequeñas empresas que nacieron tras la pandemia? La respuesta está en el mercado de seguros.

Riesgos no contemplados

Iniciar un negocio desde la casa o con un vehículo familiar, por ejemplo, puede acarrear riesgos que parecen inofensivos pero que en caso de un accidente dejarían a la familia con un golpe económico.

El primer factor que genera riesgos es la informalidad de un negocio, explicó Tomás Soley, superintendente de Seguros.

“Puede llevar a la quiebra a una pyme, por ejemplo, por no tener una póliza como la de riesgos del trabajo”, comentó.

Un accidente en el trabajo genera una responsabilidad del dueño del negocio, así sea familiar. Si no toma las previsiones necesarias, el emprendedor terminará asumiendo costos que pueden llevar al cierre del negocio.

Otro de los riesgos es cuando la vivienda o el vehículo familiar se comienza a usar para actividades que no solían desarrollarse.

“Hay que valorar muy bien esta situación. Si la casa tal vez está asegurada como vivienda, pero se montó un emprendimiento como un taller, esto hay que comunicarlo a la aseguradora.  Porque puede haber problemas si ocurre un siniestro y se relaciona con una sobrecarga eléctrica u otro evento ligado a la nueva actividad”, explicó Soley, a manera de ejemplo.

También sucede con los vehículos, cuando se utilizan para trabajar para entrega de mercancías o en una plataforma de transporte remunerado.

“No es lo mismo el uso familiar del vehículo que para trabajar todos los días. Hay riesgos que no están asegurados, como el valor de las mercancías de terceros”, comentó el superintendente.

Su recomendación es que los dueños de negocios busquen un experto en pólizas que les hable sobre todas las opciones disponibles y los precios.

“Vale la pena acercarse a un corredor de seguros y pedirle ayuda para priorizar cuáles son los riesgos que lo pueden afectar con el emprendimiento. Y conforme se vaya asentando la empresa, aumentar las coberturas”, dijo.

Cubrir activos

Otros emprendimientos pueden recurrir a pólizas para cubrir activos de su negocio: cámaras de refrigeración, equipo tecnológico, etc.

“Hay coberturas como las de interrupción de negocio, pensadas para eventos en los que se deben suspender actividades (por inundación o falla eléctrica, por ejemplo). En esos días cesantes una póliza ayuda a mantener los ingresos”, comentó Soley.

Explicó que ya hay aseguradoras analizando junto al sector turístico posibles coberturas para imprevistos que generen cancelaciones, como eventos climatológicos, otra pandemia o situaciones que impidan a los clientes llegar.

Brecha de protección

Las implicaciones globales que tuvo la pandemia no eran previsibles, aunque la industria de seguros tenía años preparándose.

“Muchos creen que esta pandemia es un ensayo de lo que pueden ser a futuro los efectos del cambio climático, en el que los eventos de la naturaleza comienzan a ser más violentos. Este es un buen momento para analizarlo”, dijo Soley.

Explicó que persiste una brecha de protección que se puede deber -en buena parte- a la falta de costumbre de las personas de asegurar.

Pese a ello, Soley resaltó que a raíz de la pandemia, hubo aseguradoras que negociaron la prórroga de los contratos con sus clientes, de manera que no se quedaran sin coberturas.

“Cuando hay disminución en ingresos los tomadores de seguros comienzan a recortar gastos. Las aseguradoras estuvieron dispuestas a negociar coberturas o hacer ajustes en los pagos, pero sin una suspensión de los contratos, para no dejar a los clientes sin protección”, comentó el jerarca de Sugese.

Esto ayudó a la estabilidad de muchos negocios, pues si además de no tener ingresos hubiera sucedido un siniestro, se habría agravado la situación de algunas empresas.

“La gran mayoría de compañías aseguradoras tuvieron una sensibilidad especial e hicieron ajustes a sus clientes”, explicó.