23 voces Cambio Climático

Cambio Climático: La batalla en todos los frentes

Afortunadamente, son pocas las personas que aún cuestionan la existencia del fenómeno conocido como cambio climático.

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Cambio Climático: La batalla en todos los frentes
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Por Claus Kruse, director de proyectos en la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ)

Llegué a Costa Rica por primera vez en septiembre de 2017. Venía con la encomienda de iniciar un proyecto del gobierno alemán en apoyo al gobierno de Costa Rica en su lucha contra el cambio climático, específicamente para abordar las causas del calentamiento global generadas en el sector del transporte.

Aproveché esas primeras semanas para recorrer la ciudad a pie. Posiblemente ese haya sido mi primer encuentro con la realidad del transporte y la movilidad en el país. Recuerdo una de mis primeras impresiones: “Ok, esta ciudad no está hecha para los peatones”.

Caminar es la principal forma en la que nos desplazamos. Desde que nos levantamos por la mañana, empezamos a caminar. Al salir de casa, surgen diversos motivos y modos que guiarán nuestra movilización. ¿Debo ir al trabajo? ¿Voy a la escuela? ¿A comprar? ¿Al parque? ¿Caminaré, usaré el carro, el autobús o la bicicleta? En todos estos motivos para desplazarnos y en todas las opciones para hacerlo, podemos contribuir a un transporte mejor, más asequible, más limpio, más placentero, más eficiente, es decir, más sostenible.

¿Por qué es esto importante?

Afortunadamente, son pocas las personas que aún cuestionan la existencia del fenómeno conocido como cambio climático. Las evidencias se acumulan y los detractores se quedan sin argumentos.

El fenómeno de El Niño 2023/2024 posiblemente reduzca aún más el número de escépticos frente a los llamados urgentes para frenar la velocidad del cambio climático. El fenómeno en sí no es nuevo, lo conocemos desde hace tiempo, pero su intensidad es lo nuevo. Julio de 2023: el mes más cálido registrado en el planeta.

El sector del transporte es uno de los mayores emisores mundiales de dióxido de carbono (CO2), un gas responsable en gran medida del calentamiento global, por lo que requiere una transformación profunda para cumplir el objetivo del Acuerdo de París 2015/2016 de limitar el calentamiento global a 2°C.

En Costa Rica, más del 40% de todas las emisiones de CO2 provienen del sector del transporte. Reducir estas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y cambiar a un modelo de transporte amigable con el clima son componentes fundamentales de la ambición climática de Costa Rica, como se define en su compromiso formal ante la comunidad internacional en las Naciones Unidas mediante el documento conocido como Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC).

Lograr esta transformación profunda no es sencillo. El sector del transporte es complejo, con una gran cantidad de temas interconectados y diversos actores con influencia directa e indirecta sobre los cambios necesarios.

Es crucial que los actores principales dentro de este conjunto de individuos, organizaciones e instituciones tomen la iniciativa y comiencen a implementar las medidas necesarias para lograr el cambio.

La buena noticia es que hay mucho que podemos hacer. Una de las primeras acciones que emprendimos al iniciar el proyecto MiTransporte con la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH fue llevar a cabo una serie de estudios para comprender a fondo la realidad del transporte en Costa Rica.

Uno de estos estudios incluyó una encuesta a aproximadamente 1000 usuarios del transporte público. Una de las preguntas se centraba en las razones por las cuales las personas eligen utilizar el transporte público. Sorprendentemente, una de las respuestas más comunes fue “realizar trámites”.

En la era de la digitalización, deberíamos haber superado la necesidad de desplazarnos físicamente para realizar trámites. Muchos procesos pueden simplificarse con soluciones virtuales.

Digitalizar trámites es la primera medida que debemos tomar para impactar en el sector del transporte. Si puedo pagar mis cuentas en línea, no necesito utilizar ningún medio de transporte. Si no utilizamos motocicletas, automóviles o autobuses, tampoco emitimos gases de efecto invernadero. Estamos contribuyendo al clima.

Evitar estos desplazamientos innecesarios es lo primero que podemos hacer en nuestra lucha contra el cambio climático. La pregunta es: ¿quién es responsable de hacerlo posible? ¿Quién debe digitalizar los trámites? Dejaremos esta pregunta aquí por ahora.

Cuando es inevitable desplazarse de un lugar a otro, también tenemos opciones para decidir cómo hacerlo. Para responder a esta pregunta, volvamos al inicio de este ensayo: caminar debería ser siempre la primera opción, cuando sea posible.

Y aquí es donde resurge la percepción que me dejó San José en mis primeras semanas, una percepción que se confirmó al encontrarme con calles sin aceras, cruces sin semáforos para peatones, aceras inadecuadas para caminar (mucho menos para sillas de ruedas o carritos de bebé), puentes con apenas medio metro de ancho para los peatones y muchas otras situaciones que no fomentan el caminar.

Cambiar nuestro medio de transporte para reducir las emisiones de GEI, como caminar o utilizar la bicicleta, es difícil si las condiciones no son adecuadas. Entonces, volvamos a preguntar: ¿quién es responsable de garantizar que todas las calles tengan aceras, que todos los cruces importantes tengan semáforos peatonales y que todos los ciclistas puedan circular de manera segura?

Y en cuanto a la bicicleta, quiero hacer una observación adicional. Muchos critican los carriles para bicicletas porque no son utilizados. Pero, si viviera en Alajuela y trabajara en Cartago, y el único tramo de calle con carril para bicicletas fuera un pequeño tramo entre Pavas y el Paseo Colón, ¿usaría el carro? Necesitamos una red de carriles para bicicletas, pero debe ser una red seria. Esto es muy similar a lo que sucede con el transporte público. Básicamente, el sistema no ha experimentado cambios significativos en décadas. ¿A quién sorprende que las personas prefieran bajarse del autobús para usar Uber?

Por último, si vamos a utilizar el automóvil o la motocicleta, deberíamos optar por vehículos eléctricos. Debemos mejorar la tecnología de los motores. Los autobuses también podrían ser eléctricos o, al menos, utilizar motores diésel más eficientes y menos contaminantes. Lo mismo aplica a los camiones de carga. Los trenes también deberían ser eléctricos. Costa Rica tiene el conocimiento y la capacidad para hacerlo. Solo hace falta tomar la decisión.

Y aquí surge la pregunta: ¿quién costeará todos estos cambios?

Es la pregunta del millón. Efectivamente, todo esto tiene un costo. Requiere una inversión significativa. El gobierno, las empresas y las personas, todos tenemos que contribuir.

Sin embargo, la pregunta está incompleta. Falta una segunda parte: ¿cuánto nos costará no realizar estos cambios para detener el cambio climático? ¿Cuánto costará reparar viviendas y calles debido a inundaciones futuras? ¿Quién compensará a los agricultores que pierdan sus cosechas por la falta de lluvia? ¿Cómo pagaremos los gastos de salud relacionados con el aumento de enfermedades respiratorias debido a la contaminación del aire en las ciudades? ¿Quién reconocerá las horas crecientes perdidas en el tráfico día tras día, semana tras semana, mes tras mes?

Hay mucho por hacer, pero debemos hacerlo. No es opcional. Ya hemos causado suficiente daño. Parece que no nos detendremos hasta destruir nuestro propio entorno de vida. Me pregunto, ¿qué les dirán los padres a sus hijos dentro de 30 o 40 años, cuando les reclamen por el planeta devastado que les estamos heredando? Sería interesante realizar una encuesta con esa pregunta. Pero eso es algo para otro día.

 


Este artículo forma parte del especial 23 voces del cambio climático de El Observador.  Dirigido por Berlioth Herrera. Coordinado y editado por Michelle Soto.

Sobre el autor Voz #11. Klaus Kruse es el director de proyectos en la Agencia para la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ) en Costa Rica.