Tomás Gómez
La seguidilla de renuncias que ha caracterizado al actual Gobierno -donde ya se cambió casi la mitad del “Gabinete de Unidad Nacional”- se intensificó con la cascada de salidas producto del escándalo por la creación de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos (UPAD).
A la renuncia inicial del asesor jurídico y supuesto redactor del decreto, Luis Salazar, se sumaron a los pocos días la del Ministro de la Presidencia, Víctor Morales, el viceministro de Planificación, Daniel Soto, el asesor de datos Diego Fernández y la jefa del despacho presidencial, Felly Salas.
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Los movimientos sumaron además los despidos de Alejandro Madrigal y Andrés Villalobos, también analistas de datos a quienes se les prometió un traslado de puesto pero de quienes finalmente se prescindió.
A ellos se sumó el viceministro de Hacienda Juan Alfaro, quien alegó que su nombre se usó sin su autorización
Analistas y políticos consultados por El Observador coinciden en que se está generando un vacío en funciones cruciales que se incrementa pues no se nombran sustitutos.
Cargo fundamental
La ausencia que más se reclama en este momento en Zapote es la de un Ministro de la Presidencia titular.
El cargo, responsable de generar los vínculos entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, se vuelve esencial en momentos en que es el Gobierno quien maneja la agenda parlamentaria, están pendientes proyectos clave y se acerca el 1º de mayo, donde se renovarán las autoridades de la Asamblea.
A inicios de la semana, los exministros Rolando Laclé y Rodrigo Arias habían sido enfáticos en la necesidad de confirmar a la persona que se encargará de esta responsabilidad como un paso fundamental para recuperar la confianza minada durante la crisis política.
“No es lo mismo a la titularidad de un ministerio”, dijo el analista Sergio Araya coincidiendo con ellos.
Al respecto, el experto Constantino Urcuyo señaló que uno de los golpes más fuertes de estos movimientos surge por el perfil de las fichas que debieron renunciar.
“Claro que el presidente queda debilitado, pierde a sus asesores de mayor confianza”, consideró.
Sin alejarse del resto de lecturas, Urcuyo insistió también en la urgencia de un Ministro de la Presidencia definitivo que ordene el panorama y que provenga del sector moderado del partido de Gobierno.
“Tiene que dar confianza, que exista ese nexo y haya ganado experiencia en la otra administración del PAC o en esta. No puede tener los delirios eticistas ni izquierdistas”, argumentó.
El analista también señaló que será necesario concentrarse en temas fuertes y que la figura presidencial deberá hacer “examen de conciencia” para retomar el rumbo.
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“Me parece que el Ministerio de la Presidencia, el de Relaciones Exteriores, el de Hacienda o el de Seguridad son ministerios claves donde uno esperaría que haya un titular o una titular, que estén liderando, tomando decisiones y sean las personas que den la tranquilidad de que existe una cabeza por el carácter estratégico que tienen”, agregó el experto, destacando que el nuevo jerarca sería el cuarto que llegaría en lo que va del período.
Tras la salida de Víctor Morales y su reincorporación como congresista, el ministerio se le asignó de manera interina a Silvia Lara por al menos dos meses.
Consultado al respecto, el mandatario Carlos Alvarado dijo que valora nombres, sin llegar a revelar más datos.
«Tengo muchas ideas en mi mente», fue lo único dicho por Alvarado, quien añadió que debe ser una persona con capacidad de diálogo.
Más sillas vacías
Ante las consultas de este medio, Casa Presidencial admitió que de momento no se han contratado reemplazos para el resto de los cargos vacantes.
La lista incluye viceministerios, asesores e incluso la dirección del despacho presidencial, donde se administra el día el día del Gobierno.
“Por el momento no hay jefatura del despacho presidencial”, mencionó la sección de prensa gubernamental.
