Sergio Arce
Andrea Torres está con el corazón destrozado. Hace un mes no ve a su perro Luno, que se encuentra encerrado en una jaula desde el 13 de marzo.
En entrevista con El Observador este viernes, la mujer relató las dificultades que ha vivido tras el incidente causado a su ingreso a España con su mascota de tres años.
Entre ellas la pérdida de su trabajo en una fábrica en Francia, donde laboraba hace tres años.
Luno estuvo casi tres semanas en una jaula en la terminal de carga del aeropuerto Aeropuerto Adolfo Suárez, en Madrid, luego de un viaje trasatlántico desde Costa Rica.
Allí el animal sufrió una herida en su cráneo cuyas explicaciones no han llegado por parte de las autoridades de salud animal locales, dijo la mujer.
Posteriormente la mascota fue trasladada a una perrera pública en la capital española, donde permanece hasta la fecha.
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Sin contacto directo
Torres relató que a consecuencia del incidente ella decidió permanecer en Madrid para estar cerca de su mascota, a pesar de vivir a más de cuatro horas de distancia (en región de Murcia, al sur).
Ella estuvo viviendo de sus ahorros con tal de visitar a Luno dos horas al día, el único plazo que se le permitió para tener contacto directo con el perrito.
Y esa ventana de oportunidad se habilitó únicamente de lunes a viernes, sin posibilidades de visitar al animal los fines de semana o feriados.
Cuando ella se quedó sin recursos decidió regresar a Murcia y conseguir un trabajo, en vista de que perdió el suyo ante la dificultad para viajar hasta Francia.
Andrea asegura que no ha podido regresar a Madrid para ver a Luno y que recibe a la distancia las noticias sobre el estado de salud de su perrito.
Andrea cuenta con el apoyo de su amiga Elin, quien estuvo con ella al momento del triste episodio en la terminal aérea el 13 de marzo.
También en conversación con El Observador, Elin lamentó el sufrimiento Andrea, quien dijo está “sofocada” y “deprimida” por lo que está pasando el animalito.
Ella comentó que Luno no solo está triste por estar alejado de su dueña, sino que se ha visto afectado físicamente.
El viacrucis de Luno
Mónica Olivares, responsable de la Asociación para la Gestión Ética y Responsable de Animales Abandonados (Ageraa), explicó a este medio Luno no cumplía con una serie de requisitos establecidos en la regulación europea referente al ingreso de animales.
Entre ellos la ausencia de un microchip (identificación) y un test serológico para descartar la presencia de rabia.
Ante esto Luno fue enviado a una perrera y en circunstancias que no se han esclarecido presenta una herida en una cabeza.
“A Luno lo envían a un jaulón que a lo mucho es para que un animal esté un día… ¡Y eso ya es mucho! En ese jaulón se hizo una herida en el cráneo que no tenía cuando llegó a España”, expresó Olivera a este medio.
La representante de Ageraa asegura que los responsables del área veterinaria de la terminal no dan explicaciones sobre lo ocurrido.
Tampoco -agrega- dan cuentas sobre el tratamiento que le dieron a Luno tras el suceso en la perrera.
Esta agrupación le ha dado soporte a Andrea Torres desde que se dio a conocer su caso. El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma) también se ha unido en la defensa de Andrea y Luno ante diferentes instancias.
La más reciente es el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que esta semana admitió un recurso interpuesto contra la retención del animal. Este cuerpo judicial podría adoptar una medida expedita (vía rápida y de emergencia).
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