Juan Pablo Arias
La economía de Costa Rica crecerá un 2,6% interanual, según las estimaciones del Banco Central para el Programa Macroeconómico 2021-2022 presentadas este viernes.
Este pronóstico es superior al proyectado preliminarmente alrededor del 2,3%.
En el cálculo de la cifra se prevé que la producción costarricense comience el proceso de recuperación tras la caída que experimentó en 2020 como consecuencia de los cierres y restricciones por la pandemia de covid-19.
“Las previsiones son mejores que las que teníamos en julio y octubre. Estas expectativas dependen del desarrollo de la pandemia y del éxito de la vacunación, así como el desempeño en el resto del mundo”, expresó Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central.
Asimismo, destacó que la estimación da por un hecho la aprobación del acuerdo con el FMI para un empréstito por $1.750 millones.
Para el 2022 el pronóstico de crecimiento de la producción es de 3,6%.
El jerarca reiteró la expectativa de que la inflación se mantenga por debajo del 2% por lo menos hasta el 2022, tal y como lo adelantó el Banco Central tras la primera Reunión de Política Monetaria del año hace dos días.
OBSERVE MÁS: Inflación continuará por debajo del 2% hasta el 2022, según el Banco Central
También resaltó el bajo nivel de las tasas de interés en la economía y la Tasa de política monetaria históricamente baja en 0,75%.
Déficit fiscal
El déficit fiscal esperado para el 2021 es equivalente a un 7% del PIB, como consecuencia del gasto por intereses, que es un reflejo del tamaño de la deuda.
Un año después, el déficit alcanzaría el 5,9%.
Se espera que la deuda como porcentaje del PIB siga creciendo hasta el 2023 y en adelante desaceleraría, de alcanzarse el acuerdo con el FMI.
Afectación de la pandemia
Costa Rica mostró en 2020 un comportamiento similar al resto del mundo, con una caída en la producción a inicios del segundo semestre y una posterior recuperación hacia finales del año.
Cubero explicó la mayor caída del PIB correspondió a un desplome en el consumo de los hogares y la inversión.
Los segmentos más golpeados por los cierres y restricciones fueron los vinculados con el turismo, como hoteles, restaurantes y transporte, así como el comercio.
Estas contracciones se manifestaron en otros sectores, como por ejemplo con la profundización de la caída en la demanda por crédito.
