Sergio Arce
Estados Unidos analiza desde hace varios meses una petición para aumentar el precios de las diferentes visas, entre ellas las de turismo y negocios.
La solicitud la hizo el Departamento de Estado ante el Registro Federal y busca que los solicitantes -nuevos o renovaciones- paguen $245 frente a los $160 que cuesta en la actualidad una visa B1 (negocios) o B1 (turismo).
Este monto también tendrían que cancelarlo quienes desean aplicar para una visa académica conocidas con las letras F, M y J.
Se trata de un alza de un 54% para estas visas y de un 63% para las de trabajo (H, L, O, P, Q y R). Esto porque estas últimas pasarían de $190 a $310.
“El 29 de diciembre del 2021 el Departamento de Estado publicó una propuesta en el Registro Federal en la que recomienda un aumento de las tarifas de visa de no inmigrante (NIV, por sus siglas en inglés), que no se basan en peticiones.
“Se espera que la norma final que establece el incremento en las tarifas de visa de no inmigrante se implemente a finales del 2022”, informó la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica ante consulta de El Observador.
El Registro Federal no necesariamente podría aprobar los montos solicitados por el Departamento de Estado. Incluso, una opción es que se mantengan los actuales montos.
¿Por qué la solicitud de aumento?
La administración Biden hizo esta solicitud de alza al aducir que la medida es necesaria para alinear mejor los precios de los visados con lo que cuesta proporcionarlos.
Sin embargo, existe el temor de que este incremento aunado con extensos tiempos de expedición desestimulen el turismo así como el interés de muchas personas por estudiar o hacer negocios en Estados Unidos.
“Todos los aumentos de las tasas se producen en un momento en que el turismo y los viajes a Estados Unidos ya están en su punto más bajo.
“El Departamento de Estado está imponiendo esperas de entre seis meses y un año en muchos lugares para obtener un visado de turista o de viaje de negocios”, dijo a la Voz de América (VOA) David Bier, experto en política de inmigración del Instituto Cato.
“Lo más importante es que los visados se expidan con prontitud. Si la administración aumenta los costes, pero no hay una gran mejora en el servicio del Departamento de Estado, el resultado será un número mucho menor de viajeros”, añadió Bier.
Un reporte de VOA indica que el tráfico en los aeropuertos estadounidenses ha disminuido en los últimos años, tanto en lo que respecta a los viajeros nacionales como a los internacionales.
