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Epidemia decae en Nueva York y la polémica crece por el confinamiento en EE.UU.

La epidemia del nuevo coronavirus en el estado de Nueva York, epicentro estadounidense, entró en una fase descendente por primera…

Por AFP

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Epidemia decae en Nueva York y la polémica crece por el confinamiento en EE.UU.
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La epidemia del nuevo coronavirus en el estado de Nueva York, epicentro estadounidense, entró en una fase descendente por primera vez, lo que podría alimentar la polémica entre el presidente Donald Trump y los gobernadores estatales sobre la necesidad de mantener o no las medidas de confinamiento.

“Hemos pasado el pico, y todo indica que en este punto estamos en descenso”, dijo el gobernador Andrew Cuomo durante su rueda de prensa diaria.

Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia con más de 740.000 casos confirmados y 40.000 fallecidos. Cierta parte de la población aumentó la presión para retomar las actividades. Pero Cuomo llamó a la cautela “para no poner en peligro” los avances alcanzados.

“Seguir con ese descenso dependerá de lo que hagamos”, insistió el gobernador, que prolongó hace poco las medidas de confinamiento en su estado hasta el 15 de mayo.

Otros estados han empezado a relajar las medidas de distanciamiento. Algunas playas de Florida fueron autorizadas a reabrir este domingo y se llenaron enseguida de gente. Los gobernadores de Texas y Vermont también tienen previsto reabrir algunas actividades, con cautela, a partir del lunes.

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Presión por salir

La presión para retomar las actividades económicas es fuerte, sobre todo por el importante incremento del desempleo provocado por la parálisis. Las manifestaciones contra una cuarentena considerada como excesiva se han multiplicado en los últimos días en varios estados del país.

La mayoría de esas protestas congregaron apenas a unos centenares de personas, y la realizada este domingo en Chicago no reunió más de tres autos con manifestantes. Pero una protesta el miércoles en Lansing, en Michigan, tuvo unos 3.000 participantes.

Trump alentó esas manifestaciones con algunas de sus declaraciones. El viernes, llamó a “liberar” algunos estados dirigidos por gobernadores demócratas. El sábado, tras una decena de protestas contra el confinamiento en varias regiones del país, consideró que “algunos gobernadores habían ido demasiado lejos”.

Larry Hogan, el gobernador republicano de Maryland, escenario de una manifestación el sábado, consideró que “no tiene sentido animar a la gente a manifestarse contra un plan sobre el que uno acaba de hacer recomendaciones”.

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Disputa sobre las pruebas

Trump y los gobernadores mantienen otro punto de desencuentro: las pruebas de detección del virus necesarias para poder retomar las actividades económicas sin correr el riesgo de un repunte de la epidemia.

El gobierno federal asegura que los estados ya disponen de suficientes kits para alcanzar ese objetivo, pero varios gobernadores disienten.

“De la misma manera que tenía razón con los respiradores (nuestro país es ahora el ‘rey de los respiradores’, los otros países nos piden ayuda y vamos a dársela), tengo razón con los test: los gobernadores deben aumentar sus esfuerzos y hacer el trabajo. Estaremos con ellos hasta el final”, tuiteó Trump este domingo.

“Hay una capacidad suficiente de test en el país actualmente para que cualquier estado puede entrar en la fase 1” de reapertura de la economía, abundó su vicepresidente, Mike Pence, en el canal de noticias Fox News.

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Entre las recomendaciones dadas por la Casa Blanca a los estados para decidir el levantamiento progresivo del confinamiento, esa primera fase prevé la reapertura parcial de algunos comercios.

Pero el gobernador demócrata de Virginia, Ralph Northam, muy criticado por Donald Trump en los últimos días por haber adoptado restricciones sobre las armas, calificó de “delirantes” e “irresponsables” esas afirmaciones.

“Se nos ha pedido, como gobernadores, que libremos esta guerra sin el material necesario”, afirmó en una entrevista para CNN.

Gretchen Whitmer, gobernadora demócrata de Michigan, también habló de la escasez de material.

Al igual que Cuomo, quien reconoció, no obstante, los aciertos del gobierno. En efecto, dijo que la colaboración entre el gobierno federal y los estados para frenar la epidemia es “una hazaña fenomenal” y Washington fue “un socio extraordinario” cuando hubo que aumentar la capacidad de los hospitales neoyorquinos en marzo.

Pero el gobernador afirmó que el siguiente reto son las pruebas de detección del coronavirus. “Podemos hacerlo mejor trabajando junto que por separado”, afirmó. “Tenemos que trabajar juntos y hacerlo lo mejor que se pueda. Confío en que lo lograremos porque ya lo hemos hecho en el pasado”.

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