Hermes Solano
Este miércoles 30 de marzo a eso de las 10:30 a.m. en el I Circuito Judicial de San José se conocerá la sentencia del juicio contra el exsacerdote Mauricio Víquez.
El Ministerio Público solicitó una pena de cárcel de 28 años para el excura por los delitos de abuso sexual agravado contra menor de edad y violación agravada.
Por ambas, la fiscal Ana Victoria Rojas pidió la pena máxima; 10 años por el abuso y 18 años por la violación.
El Tribunal de Juicio de Desamparados dará su resolución luego de que este martes finalizara el debate.
A Víquez lo denunció por un hombre de apellido Alvarado, quien en 2018 se presentó al Ministerio Público con hechos aparentemente ocurridos en 2003 en la iglesia de Patarrá, cuando tenía 11 años.
Este martes, tras acabar con la recopilación de prueba testimonial y documental, y la declaración de Víquez, las partes dieron sus conclusiones.
La parte querellante y acción civil a cargo de los abogados Rafael Gullock y Rodolfo Alvarado sostuvieron los hechos acusados y reforzaron las conclusiones del Ministerio Público.
De parte de la víctima no hubo pedido de resarcimiento económico.
“Renunciamos a la acción civil. No se cobra nada, solo queremos que se haga justicia”, indicó el abogado Alvarado.
Por parte del abogado del exclérigo, Rafael Rodríguez, se pidió la absolutoria y basaron la defensa en que ya Víquez no estaba en la Iglesia de Patarrá en el momento de los supuestos hechos denunciados.
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Las palabras de Víquez
El exsacerdote se sentó este martes en el estrado y respondió algunas preguntas de su abogado Rafael Rodríguez.
Negó estar en la iglesia de Patarrá, en Desamparados, en las fechas que señaló el denunciante, cuando se dieron los supuestos ataques.
Según la denuncia, la víctima fue abusada en las primeras semanas de agosto.
En su relato ante los jueces, Víquez indicó que él dejó la parroquia de Patarrá el 30 de julio y no volvió más al lugar.
“Estuve allí hasta finales de julio de 2003. En diciembre de 2002 hubo un reclamo de algunas personas y a raíz de eso hablé con el Arzobispo”, comenzó el excura con su relato.
“Esas personas querían que dejara la parroquia”, dijo.
Al no marcharse de ahí por decisión de su superior eclesiástico, el reclamo se volvió a presentar en junio de 2003.
“Volvieron en junio a conversar con el Arzobispo y resuelvo que mejor salir y a mediados de julio quedó listo”, dijo Víquez, que hasta ahora decidió dar declaraciones.
Según la acusación del Ministerio Público y de la parte querellante y actora civil, los principales hechos se presentaron el 3 y 9 de agosto de 2003.
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Fuga y cárcel
Sobre Mauricio Víquez, además de la actual causa que se juzga, pesaban tres denuncias más que fueron declaradas prescritas por el Tribunal de Desamparados.
Esa resolución está en apelación, que según el abogado Alvarado “no avanza”.
Víquez estuvo en fuga durante más de un año. Se marchó del país hacia Panamá y de ahí a México, donde fue capturado y extraditado a Costa Rica en mayo del año anterior.
Desde entonces cumple prisión preventiva en la cárcel de Pérez Zeledón.
