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La sobreprotección es una forma de maltrato

Natalia Calderón para El Observador Es fundamental proteger a nuestros hijos y responder a sus necesidades.  Sin embargo, sobreprotegerlos afecta…

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La sobreprotección es una forma de maltrato
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Natalia Calderón para El Observador

Es fundamental proteger a nuestros hijos y responder a sus necesidades.  Sin embargo, sobreprotegerlos afecta el cerebro, ya que tienen menos materia gris en la región prefrontal.

Justamente ahí es donde se desarrollan habilidades para la resolución de problemas, toma de decisiones y gestión de emociones.

Lo primero que debemos tener en cuenta es distinguir un acto aislado de protección a nuestros hijos, de lo que es un estilo educativo basado en la sobreprotección.

El acto aislado lo hemos puesto en práctica todos en alguna ocasión. Es algo natural, instintivo e inherente a nuestro mundo animal el que pretendamos proteger a nuestros hijos de un peligro puntual, que por nuestra experiencia, sabemos que puede generarle un riesgo.

¡Mucho cuidado!

Sin embargo, cuando nuestros temores y miedos sobre la integridad física y mental de nuestros hijos provocan una sobreprotección constante, estamos en camino a la formación de adultos dependientes e inseguros.

También hijos miedosos, con baja tolerancia a la frustración, hay que soltar el control, darles responsabilidad, confía en ellos.

Si no les permitimos tener estrés, o algún grado de frustración de niños; no podrán tolerar el mínimo estrés en la vida adulta y tendrán muchas desregulaciones.

Con la sobreprotección estamos impidiendo el desarrollo de habilidades tan  importantes como la solución de problemas, la generación de alternativas, la empatía y la autonomía, entre otros.

La primera fuente de aprendizaje significativo se da mediante la experiencia directa, y para que se dé, deben darse experiencias directas.

El niño que no se cae en el parque no entiende que debe ir con cuidado si no se quiere lastimar.

¿Cuáles peligros genera la sobreprotección?

La imposibilidad de que desarrollen sus habilidades

Sobreprotegiendo a nuestros pequeños estamos impidiendo el desarrollo de habilidades tan importantes como la solución de problemas, la generación de alternativas, la empatía y la autonomía.

Usted refuerza que sean inseguros

La sobreprotección genera personas inseguras. Si no le aportamos las herramientas para solucionar sus propios problemas sin la ayuda de los demás, se verá incapaz de enfrentarse a ello por sí solo.

La sobreprotección imposibilita su autonomía personal. A la larga, además, su autoestima y su autoconcepto también pueden verse afectados.

¿Qué podemos hacer?

  • Dejar que se enfrenten a sus dificultades, que se adapte a un entorno que cambia constantemente y que desarrolle sus habilidades por sí mismo.
  • Dejarlo respirar, no esté permanentemente controlándole
  • Favorecer que aprenda a pensar por sí solo, a que asuma nuevos retos. Esto en el deporte, por ejemplo, a tomar la iniciativa y a que tome sus primeras decisiones.
  • Fomente que juegue o realice actividades con otros niños, sin la presencia constante de los adultos.
  • No le den todo lo que pida o todo lo que  como padre cree que necesita.
  • Permanezca a su lado cuando lo necesite, pero para apoyarle. No para solucionar sus problemas y realizar sus tareas.
  • Permita que pase algún tiempo con otras personas para establecer lazos afectivos con abuelos y tíos.
  • Tratarle de acuerdo con su edad. Permítale que coma solo o se vista cuando ya sea capaz de hacerlo. A medida que va haciéndose mayor, vaya agregando nuevas tareas que fomenten su independencia y autonomía.

La sobreprotección no es un acto de amor, es una forma de control. La sobreprotección incapacita.

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