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Mon Laferte en Costa Rica: la noche en la que se escucharon voces despechadas, nostálgicas y aguerridas

Mon Laferte -hija de un reality de canto y baile en su tierra natal- logró que más de 7.000 personas cauterizaran momentáneamente las heridas del alma y el corazón.

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Mon Laferte en Costa Rica: la noche en la que se escucharon voces despechadas, nostálgicas y aguerridas
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Mon Laferte arrancó más que aplausos y vítores en su concierto de este martes en la luneta del Estadio Nacional.

La chilena -hija de un reality de canto y baile en su tierra natal- logró que más de 7.000 personas cauterizaran momentáneamente las heridas del alma y el corazón.

Ella consiguió exorcizar los malos amores con letras cargadas de nostalgia, tristeza, alegría y mucho empoderamiento, sin distingo de género y orientación sexual.

Son las letras del tour Autopoiética, que comenzó el pasado 29 de febrero en Puebla, México, y la ha llevado por esa nación así como por Suramérica y Centroamérica. Ella culminará en noviembre entrante en su tierra natal, Viña del Mar (Chile).

En definitiva Mon se entregó al público costarricense en su segunda visita al país. La primera fue en abril del 2018.

Pero, además, le mostró a los ticos una artista (compositora, productora y cantante) que regresa a las raíces alternativas, que además defiende su independencia lejos de los grandes sellos discográficos.

Minutos de espera… y a la carrera

A eso de las 6:40 p.m. los fans de Norma Monserrat Bustamante Laferte, nombre real de Mon, se agolparon en las entradas de los sectores establecidos, bajo la atenta mirada del personal de seguridad.

A las 6:50 p.m. los fans pedían “puerta, puerta” e, instantes después, comenzaron a cantar Mi buen amor, como una forma de presionar para que les permitieran la entrada.´

Diez minutos después y tras indicaciones de que ingresaran en calma, una turba corrió despavorida hacia el sector VIP, entre gritos de emoción y alguien que anunció que había perdido su zapato.

Minutos después de habilitaron los accesos a otras áreas.

El inicio: Tenochtitlán y Tormento

A eso de las 8:10 p-m.. y luego de que el equipo de producción terminara de afinar detalles del escenario y un adelanto de su biografía que saldrá en Nettflix, Mon abrió su presentación con Tenochtitlán.

Esta es una canción -que mezcla trip-hop, mariachi y bolero- que incluye versos con los prejuicios e insultos misóginos que ella misma ha recibido.

“La canción va de cómo yo me he llegado a sentir. Podría asegurar que todas las personas hemos sido juzgadas por prejuicios, alguna vez”, dijo Mon en un comunicado lanzado previo al lanzamiento de este tema.

‘Después de este tema llegó Te juro que volveré, canción que refleja un poco la historia de Mon Laferte desde su salida de Chile y el éxito abrumador del que goza ahora asentada en México, país que la acogió como una de las suyas.

Luego llegaron Obra de Dios, NO+SAD, Metamorfosis y Autopoiética.

Con estos dos últimos temas, Laferte hizo una fuerte declaración en favor de la inclusión y la diversidad sexual, con coreografías al estilo voguing, una forma estilizada y moderna de house dance.

(Josué Alvarado / El Observador)

(Josué Alvarado / El Observador)

Y llegó Tormento, en moment0s cuando la luna llena se ocultó tras una alfombra de densas nubes. Con este último tema, Mon Laferte derrochó una voz potente y mucho más madura, producto de años sobre los escenarios.

Un detalle sobre esta canción es que la interpretó en enero del 2018 en el Estadio Nacional de Chile en el marco de un homenaje a Plácido Domingo.

Un año después surgieron denuncias de acosos sexual en contra del español y Laferte expresó en enero del 2020 que no volvería a estar en el mismo escenario donde estuviera el tenor en apoyo a las 11 mujeres que lo acusaron.

Más del repertorio

Laferte regaló Aunque te mueras por volver, Antes de ti (que el público coreó con fuerza desgarradora y ella calló por instantes para escucharlo.., y al final la ovación) y Flaco.

Con Mi buen amor la gente se desbordó al cantarla al unísono y a todo pulmón, en especial los estribillos:

Mi buen amor

Si no quieres regresar

¿Por qué vuelves buscarme, una vez más?

No me pidas que te dé una última noche

Mi buen amor

Parece fácil para ti

Alejarte para luego exigir

Que te quiera como si nada

Nada, nada, yo sintiera

(Josué Alvarado / El Observador)

Y aún quedaba muchos temas más en este concierto, cuya población mayoritaria la conformaron jóvenes y adultos jóvenes.

La mamá primeriza de una niña de dos años interpretó:

  • El mambo

Antes de entonar el siguiente tema, Mon sacó unos instantes para hablar con su público y agradecerle por cantar cada una de las canciones. Y con guitarra en mano y acompañada de otro guitarrista entregó Se me va a quemar el corazón,

  • Funeral
  • El cristal (“Cuidado que en las noches de luna llena… auuuuuuu, dijo antes de la siguiente canción).
  • La trenza
  • Si tú me quisieras
  • Pa’ dónde se fue
  • Primaveral

Y cuando el reloj marcó las 10 p.m. (hora a la que por ley deben terminar los espectáculos públicos en Costa Rica) ella cantó Amárrame, varios temas más y, para cerrar (pero no), su megaéxito Tu falta de querer.

Esta canción desgarró las gargantas de los presentes -en su mayoría jóvenes y adultos jóvenes-, quienes exorcisaron el desamor y la desatención infringidos por esos y esas innombrables.

La luneta ubicada al costado sureste del Estadio Nacional (un formato muy poco habitual) se entregó a esta canción, cuyo video en la cuenta oficial de Mon Laferte tiene más de 1.000 millones de reproducciones en YouTube (el video oficial y luego la versión en vivo).

Mon Laferte se dejó abrazar y consentir por sus seguidores costarricenses, quienes le refrendaron un amor que está por encima de cualquier falta de querer y, aún más, de todo tormento. Esto fue apoteósico.

Ella cerró con Casta diva pasadas las 10:30 p.m.