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Las habilidades blandas pueden hacer la diferencia en el personal que contrata

Marcela Acosta para El Observador Usualmente cuando solicitamos una hoja de vida, nos enfocamos en los estudios, títulos académicos y/o…

Por Blog

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Las habilidades blandas pueden hacer la diferencia en el personal que contrata
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Marcela Acosta para El Observador

Usualmente cuando solicitamos una hoja de vida, nos enfocamos en los estudios, títulos académicos y/o referencias laborales porque tenemos la idea de que son lo más valioso de un candidato. Sin embargo, no es así, sin desmeritar los logros profesionales que embellecen nuestra hoja de vida y demuestran indudable esfuerzo, hoy en día la tendencia es también valorar al talento humano por sus habilidades blandas.

Las habilidades blandas se demuestran en la ejecución del trabajo, y, no están relacionadas, únicamente, con los conocimientos que poseemos de nuestra profesión, sino con la puesta en práctica de habilidades sociales y de la comunicación, aptitudes, entre otras.

Seguramente ya le ha pasado y no entendió qué salió mal en el reclutamiento, contrató al candidato cuyas credenciales profesionales eran las más atrayentes, pero, una vez en la empresa, no tiene disposición, no hay voluntad para dar la milla extra, no sabe liderar y no gusta de trabajar en equipo. ¿Qué pasó? ¿No era en el papel “el mejor candidato”? Puede ser que sus habilidades blandas no estaban tan desarrolladas como sus otras destrezas que están más relacionadas con su parte académica y en la etapa anterior a la contratación pasamos por inadvertidas estas debilidades.

La reciente pandemia puso en evidencia que, las habilidades blandas marcaron una importante diferencia entre el personal que pudo sobrellevar tiempos difíciles con mayor facilidad y el que, a la fecha, continúa sin saber cómo hacerlo.

Así pues, la adaptación al cambio, la inteligencia emocional, la comunicación, la creatividad e innovación, así como la resiliencia, fueron protagonistas en esta época de incertidumbre, caos, cambio y desempleo.

Dejemos de lado la pandemia por un momento, y seamos optimistas en cuanto a que vendrán tiempos mejores aparejados de una “nueva normalidad” donde las empresas renacerán y con ellas la necesidad de que la tecnología continúe su rápida transformación, característica de las últimas décadas. Una vez más, la ventaja comparativa entre la máquina y el hombre será su capacidad de entender a otras personas, lo que se traduce en, habilidades blandas.

Como lo vea, debemos vernos y ver a las futuras contrataciones de manera integral, qué nos muestran en papel y qué nos ofrecen como seres humanos, por su formación de hogar, experiencias de vida, carácter, forma de comunicarse y enfrentarse a las dificultades.

No sólo revisemos con detalle las habilidades blandas al reclutar, invirtamos también en que el personal activo mejore ese tipo de habilidades o las desarrolle en caso de no tenerlas.

¿Cuáles son las habilidades blandas más buscadas? Abajo una lista, que demuestra que, incluso, algunas se entrelazan o se apoyan entre sí:

  • Buena comunicación. Tanto verbal como escrita. Esta última cada vez más relevante en una época en donde la mayoría de los asuntos se resuelven por medio de correos o chats. Una buena comunicación se traduce en menos malentendidos, trabajo eficiente, instrucciones claras, entre las más importantes.
  • Organización. La planificación para la ejecución de tareas diarias y a largo plazo demuestra disciplina y genera orden. Previene riesgos y detecta alertas a tiempo.
  • Trabajo en equipo. Se trata de colaborar, apoyar y motivar, conforme al rol de cada individuo. Un equipo que rema en la misma dirección llegará más rápido a su meta.
  • Parece mentira, pero, llegar a tiempo marca la diferencia y aunque debería ser un tema “resuelto”, no lo es. Ser impuntual afecta la planificación del trabajo.
  • Pensamiento crítico. Permite evaluar y resolver problemas rápidamente. Evita que el equipo se paralice. Ayuda a detectar oportunidades. Pensar “fuera de la caja”.
  • A veces se cree que es una habilidad innata pero no. Cualquiera puede mejorar y desarrollarla.
  • Es fundamental dado que las organizaciones y profesiones cambian constantemente. Salirse de las zonas de confort, sacudirnos de vez en cuando.
  • Habilidades sociales. Empatía, saber ponerse en los zapatos del otro. Escoger el momento adecuado para comunicar buenas y malas noticias con el menor impacto posible en el ambiente laboral.

Debemos trabajar en las habilidades blandas propias y del personal para tener un impacto positivo en el futuro de nuestra empresa y del talento humano que nos acompaña, finalmente, somos un equipo y una orquesta bien dirigida siempre logrará la nota adecuada.