Tomás Gómez
Las esferas de piedra de la Zona Sur del país son majestuosas por si mismas pero una de ellas ahora mostró un nuevo elemento que la hace aún más llamativa.
Se trata de una piedra extraída de su lugar original y que por años permaneció como adorno en una casa en San José. El año pasado la entregaron al Museo Nacional, que la tenía en sus oficinas en Pavas.
La esfera fue puesta al aire libre y ahí se empezaron a notar relieves y líneas curvas, señales de que tenía un grabado.
¡Se trata de una danta y de cariño le pusieron Naí, como se llama a estos animales en las lenguas boruca y bribri!
“Tiene un hocico alargado con la trompa característica de las dantas. Muestra un ojo en forma de almendra y su cuerpo se demarca por una serie de curvas que resaltan sobre la superficie de la esfera. Aunque todavía falta estudiarla con detalle, parece tener cinco dedos en sus patas”, describió el Museo.
La ilustración cubre casi la mitad de la esfera, que 1,10 metros de diámetro y pesa más de una tonelada.
Descubriendo a Naí
Para descifrar a la danta es posible contra con la ayuda de luces, fotografías y el tacto.
Además, bajo la lluvia se aprecia mucho más el altorrelieve.
“Es común que estas figuras tan sutiles se escapen de la mirada de las personas hasta que bajo condiciones particulares de luminosidad o lluvia se hacen visibles”, sumó el Museo.
Con la mayor protección de las esferas se han detectado más grabados y obras adicionales en ellas. Esto dado que ahora hay mejores condiciones de limpieza, el registro de ellas se hace de forma más cuidadosa y las personas investigadoras están más atentas a observarlas en todos sus detalles.
Durante años, estas obras precolombinas permanecieron en casas particulares, sometidas a mala manipulación y daños. De hecho, la esfera de la danta fue una de las víctimas: tiene las manchas de la base de metal sobre la que fue expuesta en los últimos años y que no pudieron ser removidas por los especialistas.
Visite a la danta
Justo hace 9 años los sitios de las Esferas del Diquís fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Para conmemorarlo, desde este fin de semana Naí estará en los jardines de la sede central del Museo Nacional.
Ahí será posible verla, tocarla y así sentir el delicado altorrelieve que demarca la figura.
Un dato relevante es que la danta es un animal con alta significancia en la cosmovisión de los pueblos indígenas del continente americano.
