El periodo de “apertura controlada” dictado en medio de la pandemia para el mes de setiembre recargó en las municipalidades amplias responsabilidades para el seguimiento de la enfermedad en sus territorios.
Aún y con una caída considerable en sus ingresos, los gobiernos locales debieron impulsar ajustes logísticos y presupuestarios para poder vigilar el funcionamiento de negocios y espacios públicos.
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Consultados a manera de sondeo, diferentes ayuntamientos compartieron su menú de opciones que incluyeron desde más operativos hasta la instalación de facilidades para garantizar la limpieza de manos.
La capital de la pandemia
El cantón de San José ha tenido que lidiar con un crecimiento sostenido de casos, que se distribuyeron principalmente en distritos con condiciones de vida en las que es imposible el distanciamiento social o el aislamiento.
Para atender el caso específico, el alcalde Johnny Araya defendió plan de contención local que permitirá la operación de diversos negocios, los cuales tendrán una certificaciónd de cumplimiento.
Se trata de un sello que garantiza el cumplimiento de buenas prácticas tanto con la empresa como con los clientes.
“Rafita” y los inspectores vigilan Desamparados
En Desamparados, otro de los cantones donde la afectación de la COVID-19 ha sido intensa, el alcalde Gilberth Jiménez insiste en que es fundamental la recuperación del rastro.
Sobre el trabajo con los comercios, Jiménez explicó que hay un intenso operativo donde se vigilan las condiciones de los establecimientos, a los cuales se les han colocado calcamonías con las condiciones de funcionamiento para mantener la operación.
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“Tengo que ser consciente del gran esfuerzo y la gran responsabilidad que está asumiendo cada uno de los diferentes patentados para con la reapertura y eso es muy importante porque ellos están conscientes de que si no toman las medidas van a verse afectados directamente”, indicó.
Lavatorios “made in” Naranjo
Las reglas de apertura también han llegado a zonas más rurales como Naranjo, uno de los cantones a los que más les costó salir de la alerta naranja.
En esta localidad alajuelense se replica en sello de buenas prácticas de San José y se comparte una campaña de conscientización para asegurar el cumplimiento de medidas por parte de la población.
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Para facilitar la limpieza y la aplicación del protocolo del lavado de manos, los propios empleados del municipio fabricaron lavatorios que funcionan con pedal y que estarán instalados en los diferentes distritos.
Vía WhatsApp, Cartago intenta seguir en amarillo
Al este del Valle Central es Cartago quien hace un esfuerzo por mantener los números relativamente estables que ha tenido durante la pandemia.
En conversación con este medio, el alcalde local Mario Redondo detalló que se está trabajando en coordinación con los entes de salud, Fuerza Pública y las asociaciones de desarrollo.
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“Hay gente muy responsable pero lamentablemente también hay gente que no lo es, y por algunos que no son responsables podemos afectar a una buena cantidad de personas, de ahí que estamos bastante rigurosos”, explicó.
Redondo detalló que el WhatsApp ha sido una de las principales herramientas para coordinar operaciones y monitorear los diferentes indicadores.
Lidiar con la fila de turistas
Finalmente, en las zonas costeras la reapertura implicó una afluencia mayor de visitantes, tal y como ocurrió durante el fin de semana en Manuel Antonio.
La Municipalidad de Quepos explicó que intentan mantener una política de estrictos cumplimientos de los protocolos.
El alcalde local, Jong Kwan Kim Jin, indicó que en la construcción de los documentos se ha seguido el criterio de expertos que aseguren su calidad.
