Ambiente

El papa Francisco urge imponer una transición energética “vinculante” en próxima cumbre del clima

El pontífice argentino publicó esta exhortación apostólica ocho años después de su encíclica sobre la ecología “Laudato Si”, y a unas semanas del inicio de una nueva ronda de conversaciones climáticas de la ONU.

Por AFP

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El papa Francisco urge imponer una transición energética “vinculante” en próxima cumbre del clima
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(Ciudad de Vaticano). El papa Francisco urgió a adoptar una transición energética “vinculante” en la próxima reunión mundial del clima, la COP28 de Dubái, para proteger un mundo que “se va desmoronando”, en un nuevo texto publicado este miércoles y titulado “Laudate Deum”.

El pontífice argentino publicó esta exhortación apostólica ocho años después de su encíclica sobre la ecología “Laudato Si”, y a unas semanas del inicio de una nueva ronda de conversaciones climáticas de la ONU.

“Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”, dice Francisco en el texto de 12 páginas, escrito en español y traducido a varios idiomas.

La gran cita anual del clima tendrá lugar del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, un gran productor de hidrocarburos cuya elección fue criticada por ambientalistas.

El jesuita argentino, de 86 años, hizo un llamado firme a aprovechar esa cita, de manera que arroje “compromisos efectivos”.

Y arremetió contra las personas que en los últimos años, e incluso en el seno de la Iglesia católica, “pretendieron burlarse” de la constatación de los estragos causados por el calentamiento, a golpe de sequías, inundaciones y tifones.

“Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica (…), sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, destaca Francisco en su exhortación apostólica Laudate Deum (alaben a Dios, en latín).

La publicación coincide con la apertura en Roma del Sínodo de Obispos, que durante cuatro semanas examinará temas candentes en la Iglesia católica como son el lugar de las mujeres y los creyentes LGBTQ en la institución.

Contra el “pragmatismo suicida”

Francisco entra de lleno en el debate sobre la mitigación de las actividades causantes del cambio climático -la vía privilegiada por los ambientalistas- y la adaptación a los efectos del calentamiento, una estrategia a posteriori por la que abogan muchos intereses industriales para no verse perjudicados.

El obispo de Roma toma partido por la mitigación, al considerar que “la transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria”.

Y advierte del riesgo de concentrarse en la adaptación a los efectos ya consumados del cambio climático.

“Corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando”, expone.

“Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve”, argumenta el papa argentino, que anima de paso a un multilateralismo “desde abajo”, en el que los “luchadores de los más diversos países” presionen “a los factores de poder”.

La fecha elegida para la difusión del documento tiene un valor simbólico, al producirse en la festividad de Francisco de Asís, el santo que según la tradición hablaba a los animales, y al que se encomienda al inicio del texto.

En 2015, la encíclica “Laudato Si”, un manifiesto de 200 páginas por la protección del medio ambiente, desató todo un debate a nivel mundial y hasta suscitó comentarios en revistas científicas, lo cual fue inédito tratándose de un texto religioso.

Meses más tarde se logró un avance mayor con el histórico Acuerdo de París, en el que la comunidad internacional estableció el objetivo de limitar idealmente el calentamiento a 1,5 ºC respecto a la era preindustrial.