La llegada del fin de año no siempre resulta un momento de alegría para todos. Para algunas personas, más bien genera depresión y angustia debido a diferentes razones.
¿Cómo cuáles? Metas establecidas a principios de año que no se pudieron alcanzar o cumplir, tener altas expectativas del nuevo año, la pérdida de un ser querido, el rompimiento sentimental con la pareja, el quedar sin empleo y también los efectos de la pandemia, son algunas circunstancias desencadenantes.
Especialistas consultados por El Observador mencionaron entre los síntomas que denotan la presencia de depresión en una persona están:
- Tristeza
- Se aísla de los demás
- Presenta pérdida apetito
- Tiene dificultades para conciliar el sueño
- Pierde el deseo de hacer algunas actividades que usualmente realiza
Sender Herrera, psicólogo clínico, manifestó que hay personas que idealizan estas fechas de una forma y, tal vez no pueden cumplir con las metas propuestas. Por ejemplo, la compra de algún regalo que quiere algún familiar o los hijos.
“Este año ha sido un año de muchas pérdidas: seres queridos, pareja, trabajo y proyectos, por lo que esto invita al tema del duelo y este tiene características asociadas con la tristeza”, explicó Herrera.
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Herrera comentó que, en los casos de las pérdidas, las personas cercanas al afectado tienden a tratar de levantar su ánimo con frases positivas. Sin embargo, esto podría ser “una invalidación psicológica de la experiencia que vive la persona y eso más bien en vez de que la persona se sienta mejor, la hace sentirse peor”.
Agregó que hay personas que, por experiencias en el pasado, no les gustan estas fechas.
Analizarse “sin volarse látigo”
Sobre el particular, Francisco Gólcher, presidente de la Asociación Costarricense de Psiquiatría, añadió que, para estas fechas, muchas personas tienden a hacer un examen de conciencia y caen en cuenta de lo alcanzado y de lo no logrado
“En este momento en que estamos como de reflexión, podemos decir qué fue lo que hice y cuáles fueron las lecciones aprendidas; y no volarse látigo sin misericordia porque no logré lo que quería.
“No siempre lo que uno quiere se puede obtener, sino que depende de muchos factores, no es solamente la intensión y el deseo para que eso ocurra. Se requiere de mucho esfuerzo, de mucho empeño y mucho trabajo para obtener las cosas”, detalló Gólcher.
Gólcher recordó que durante la pandemia de covid-19 no se prestaron las condiciones óptimas para el desarrollo de todo lo planteado, en todos los casos.
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¿Cómo aliviar la depresión de fin de año?
Los especialistas consultados coinciden en los siguientes consejos:
- Reconocer que tiene un problema y la necesidad de expresarlo.
- Buscar ayuda de la persona de más confianza, no quedarse sólo y hablar con alguien.
- Tener un espacio para una “escucha activa”.
- Salir de la casa, aunque sea al parque a caminar; es un paso a la vez.
- No avergonzarse por lo que está sintiendo por estar deprimido o angustiado.
- Manifieste lo que siente, sacar el nudo que tiene la garganta.
- Pensar los momentos buenos que se vivieron, pues alimenta el ánimo y ayuda a la persona a salir de donde se encuentra.
- Pensar en metas pequeñas que uno pueda cumplir poco y no que lo sobrepasen.
- Ser compasivo con uno mismo, ser paciente.
- Evitar consumo de bebidas alcohólicas y de otras sustancias en estas fechas.
- Si es factible y tiene la posibilidad acuda ayuda profesional.
- Hacer actividad física, por lo menos 30 minutos, tres días a la semana.
- Tener una alimentación saludable.
- Importante: dormir por lo menos 8 horas al día, para que el cuerpo se recupere.
- Llame a familiares y amigos, hablar con ellos. Hacerles saber que está presente.
- No negarse a las invitaciones de un amigo o familiar de paseo o de ir a celebrar.
- Acudir al 9-1-1, al Departamento de Apoyo Psicológico (DAP) del Ministerio de Salud para acompañamiento.
Herrera detalló que el hecho que alguien escuche a la persona con depresión contribuye mucho.
Al tiempo, sostuvo que el hacer pequeñas metas como salir del cuarto y salir a caminar, ayuda a que la persona afectada sienta que pueda cumplir algunas metas “aunque sean pequeñas”, pues eso le da esa sensación de control y de seguridad.
De la misma forma coincidió Gólcher, quien aseveró que “la escucha activa permite que la persona que se siente mal pueda tener acceso a que otra la pueda escuchar sin juzgarla ni emitir algún criterio, para que se sienta aceptada, que no la están juzgando ni criticando”.
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