Katherine Ulate A.
Un total de siete jóvenes, estudiantes de colegios públicos, ganaron una beca para cursar estudios superiores en China.
Los jóvenes pertenecen al Proyecto Hablemos en Mandarín y las becas fueron otorgadas por el Gobierno de la República China por un periodo de cinco años.
Los beneficiados fueron identificados como:
- Stephanie Natalia Castillo
- Luis Carlos Solera
- Génesis Guzmán
- Sebastián Castro
- Roger Barrientos
- Yonaiker Castillo
- Andrés Bustos
Durante el primer año, los jóvenes se especializarán en el dominio del idioma mandarín.
En los siguientes cuatro años, se formarán como profesionales en carreras como relaciones internacionales, ciencia y tecnología de computación, educación física, política internacional y enseñanza de mandarín para extranjeros.
“Estoy muy emocionada porque es un sueño hecho realidad para mí, voy a estudiar Relaciones Internacionales”, indicó Stephanie Castillo, egresada del colegio Técnico Profesional de Purral.
Estos estudiantes se graduaron en el 2018, luego de haber aplicado con éxito las pruebas internacionales de certificación del dominio lingüístico del mandarín en los niveles 1, 2 y 3.
Proyecto
El proyecto piloto Hablemos en Mandarín, se desarrolla en 10 colegios públicos del país, desde el 2016, debido al convenio de cooperación entre el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Centro Cultural y Educativo Costarricense Chino.
Aproximadamente 650 estudiantes obtuvieron certificación de dominio lingüístico del 2016 a la fecha.
Las universidades a las que asistirán los jóvenes estudiantes son:
- Beijing Language and Culture University
- University of Science and Technology Beijing
- Beijing Sport University
- University of Science and Technology Beijing
- Beijing University
- Beijing Language and Culture University
- Harbin Engineering University.
“Deseo que luchen y tengan mucha fortaleza para alcanzar sus metas. Estamos orgullosos por su desempeño y compromiso demostrado”, manifestó Guiselle Cruz, ministra de Educación Pública.
Katherine Ulate A.
Mi curiosidad nació en la música, se desarrolló entre palabras y se alimenta de los acontecimientos. Siempre hay algo que decir, algo que escuchar, algo que informar, pero, sobre todo, algo que cuestionar.
