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The Squid Game o El juego del calamar… el exitazo del momento

@Popcorn506 para El Observador The Squid Game, que también se puede traducir como El juego del calamar, es una serie…

Por Blog

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The Squid Game o El juego del calamar… el exitazo del momento
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@Popcorn506 para El Observador

The Squid Game, que también se puede traducir como El juego del calamar, es una serie coreana que se ha estrenado recientemente en Netflix. Y ha supuesto uno (más) de los éxitos de los últimos meses en la plataforma de la N roja.

Desde hace unos años, se puede decir que el cine coreano ha ido subiendo enteros en prestigio y seguidores. Esto no solo porque saben hacer bien las cosas, sino porque proponen cosas diferentes.

Argumentos que suenan frescos y originales, tramas muy atrevidas, personajes sorprendentes y, sobre todo, unos desarrollos que están alejados de los complejos que muchas producciones “occidentales” todavía tienen cargados sobre los hombros.

Lo que nos cuenta

Aquí, la serie nos cuenta la historia de un conjunto de personas que, con graves problemas económicos, se ven llevadas a una especie de juegos. A través de estos juegos podrán ir ganando dinero, mucho dinero, tanto como para resolver sus deudas y todavía más.

El comienzo no puede ser más potente, y esto ayuda a que cualquier espectador, pero sobre todo los escépticos o los no iniciados en las producciones coreanas, y asiáticas en general, puedan caer en la red.

Lo que más sorprende, y lo hace de un modo grato, es el acertadísimo tono que va permutando entre drama, comedia negra, thriller y, casi, hasta terror.

Y esto va a suponer un cúmulo de sensaciones al espectador que, además de reír, sufrir o temblar, también le va a enganchar.

Puede que a muchos les suene a lo ya visto en Battle Royale o, en otro sentido, en The Hunger Games. Algo de vínculo tiene ahí, en esa suerte de competición mortal por llegar hasta el final y, sobre todo, sobrevivir.

El mensaje subyacente

Aquí se puede vislumbrar, más allá del ejercicio de creación y entretenimiento, una fuerte crítica a la fuerza que llegan a tener las grandes economías.

A estas no les importa llegar hasta puntos insospechados y aprovecharse de los más necesitados, con tal de disfrutar de un poquito solo de entretenimiento.

En este caso, ni siquiera llegamos a un espectáculo masivo, de reality show, como lo que acontecía en The Hunger Games, sino que es mucho más perverso, más sádico incluso por lo privado, de un club de privilegiados que se permiten jugar con la vida de los demás.

Ante una propuesta de gente rica, qué menos que poder plasmar lujo y elegancia en la pantalla, y esto es algo que, aunque de modo sutil, hace muy bien la dirección artística.

Todos los detalles decorativos y, sobre todo, de vestuario, están perfectamente elegidos y muy cuidados.

Alguna de las indumentarias que acaban llegando los personajes en la serie no sería de extrañar que se convirtieran en una especie de seña de identidad o prenda de culto.

Incluso que algún seguidor de la producción se decida a vestirlos o, cuando menos, a usarlos en celebraciones como Halloween.

Lo bueno, hasta el momento, es que los nueve capítulos se pasan en un suspiro, algo muy de agradecer para los que buscamos una serie que enganche y no resulte tan cargante.

Lo mejor… que nos quedan serias esperanzas de que vaya a realizarse una segunda temporada, ya que esto da mucho juego y, sobre todo, mucha diversión.

Así que, ahora, mientras esperamos, a seguir pidiendo a Netflix que apueste por productos así, en los que resume la frescura del mismo modo que el entretenimiento.