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Uncharted: divertida adaptación de un videojuego

@Popcorn506 para El Observador Es la típica película de la que nos encanta hablar, porque es el paradigma de lo…

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Uncharted: divertida adaptación de un videojuego
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@Popcorn506 para El Observador

Es la típica película de la que nos encanta hablar, porque es el paradigma de lo que muchas veces enfrenta al público grande y a la crítica pequeña.

Grande y pequeña son las apreciaciones que han tenido cada uno de ellos para un título que estaba destinado a triunfar entre los que buscan en el cine una vía de escape, y a fracasar entre los que necesitan ver algo que los demás no saben apreciar.

Y como las virtudes de Uncharted las han identificado hasta los más iletrados en esto (como si hubiera que tener letra para saber qué es lo que a uno le tiene que gustar), la crítica especializada la ha despedazado.

¿Qué esperaban de una película inspirada en un videojuego, con un reparto tan eficaz como atractivo y con una dirección en manos de un profesional de la diversión cinematográfica, como Ruben Fleischer?

Desde que debutó en la gran pantalla con aquella gloriosa Zombieland, Fleischer se ha dedicado a regalarnos películas y series de televisión que, principalmente, buscan un estilo de acción comiquera, videojueguera y, más allá de géneros tan visuales, eminentemente colorista y atractiva.

Partiendo de esas bases, lo mínimo que se puede decir de Uncharted es que la peli cumple con lo que uno espera de ella. Un reparto muy solvente, lleno de rostros más que conocidos, que se agradece ver en pantalla y que da consistencia a la producción.

Una trama llena de acción y con unos motivos interesantes que mantienen la emoción durante casi todo el metraje. Y un conjunto de partes supuestamente accesorias pero que ayudan a que la película en su conjunto funcione a las mil maravillas. Hablamos de todo el paquete de efectos, postproducción y demás artificios técnicos que aquí vuelven a resultar tremendamente eficientes y aumentan todas esas sensaciones que habíamos comentado anteriormente.

En lo que se refiere a la historia de un modo más concreto, se nos cuenta que Nathan (Tom Holland) y Sully (Mark Wahlberg) se adentran en su primera aventura como cazatesoros en lo que dicen que es la búsqueda del mayor tesoro jamás conocido.

Es el comienzo de lo que ya hemos visto anteriormente en videojuegos y en películas de animación bajo la saga Uncharted y, la verdad, es un comienzo que aporta lo suficiente como para sentar unas bases que, si funciona bien en taquilla (que lo está haciendo), se pueda ir convirtiendo en saga.

Esto, claro está, si el dinero es suficiente como para convencer a un Tom Holland que acaba de anunciar un retiro momentáneo de la actuación. No creemos que vaya a ser demasiado, tal vez por asuntos familiares. Pero tiene varios frentes abiertos que no creemos que quiera dejar escapar. Y este, sin duda, puede ser uno de los prometedores en el futuro, porque Uncharted es un auténtico filón siempre y cuando se hagan las cosas con un mínimo de interés y creatividad.

En definitiva, y porque tampoco queremos que se nos malentienda. Uncharted es una película que está muy bien para pasar un rato de diversión, para desconectar y para sentar las bases más o menos interesantes de lo que puede ser una saga futura. Pero tampoco queremos llevar a engaños y dar a entender que estamos ante una de las mejores películas de acción de la década o del siglo. Para eso, de momento, hay que seguir esperando. Es probable que, como dicen algunas voces más expertas, se podría haber sacado mucho más partido a esto. Pero de ahí a decir que es un producto automáticamente prescindible, hay un trecho.