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Varios nombres suenan para buscar la Presidencia en 2026; expertos advierten consecuencias de anunciar intención tan temprano

La evidente divergencia entre el Presidente Rodrigo Chaves y el exministro Luis Amador, tras su destitución, se percibe en corrillos…

Por Redacción El Observador

Tiempo de Lectura: 6 minutos
Varios nombres suenan para buscar la Presidencia en 2026; expertos advierten consecuencias de anunciar intención tan temprano
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La evidente divergencia entre el Presidente Rodrigo Chaves y el exministro Luis Amador, tras su destitución, se percibe en corrillos políticos como un banderazo de salida a la contienda de cara a las Elecciones Nacionales del 2026.

Como Ministro de Obras Públicas y Transportes, Amador ya había expuesto en una entrevista radial su simpatía por la idea de llegar a la Casa Presidencial. Una vez expulsado del Gobierno, el ingeniero fue claro en sus aspiraciones:

“Regresaré pronto y estaremos nuevamente todos unificando fuerzas para poder correr en esa campaña del 2026”, dijo en un video divulgado antes de irse a Canadá.

De inmediato Zapote se distanció del exministro. Y ante consulta de la prensa, la respuesta del Presidente Chaves fue inmediata y contundente.

“Yo no lo hubiera apoyado si me lo hubiera pedido […] porque soy el presidente de la República, no puedo ni debo; no lo hubiera apoyado”, dijo.

Con ello se agitaron las apuestas en el oficialismo.

El perfil del exjerarca del MOPT era uno de los que se veía como un potencial “delfín”. Tras su salida las voces políticas ven ahora opciones en el Ministro de Hacienda, Nogui Acosta o la de Planificación, Laura Fernández. Previamente eran mencionados otros nombres como los de Marta Esquivel, presidenta de la Caja Costarricense de Seguro Social.

El presidente Rodrigo Chaves y el exministro Luis Amador tienen ahora intercambios indirectos más tensos. (Paula Ruiz/El Observador)

La casa oficialista para 2026

El bloque afín al presidente Rodrigo Chaves tiene, en primer lugar, el reto de ubicar la agrupación con la que participarán en las Elecciones.

A la fecha hay un claro distanciamiento con Progreso Social Democrático, partido que los llevó a Zapote en 2022. Por otra parte, los movimientos Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda tuvieron problemas estructurales que los dejaron fuera de las últimas Elecciones Municipales. En el caso de los segundos, el asesor Federico Cruz “Choreco” renunció recientemente a la dirigencia.

Está por definirse también que pasaría con Unidos Podemos, el partido de la Ministra de la Presidencia, Natalia Díaz.

Tras ser una de las sorpresas en las votaciones de febrero, queda por ver si esta exdiputada libertaria encabezaría una nueva candidatura presidencial.

En todo caso, la normativa exige que aquellos ministros con interés en la Presidencia, deben renunciar un año antes de las elecciones.

Natalia Díaz se aproxima a alcanzar un record que solo tuvo Rodrigo Arias en los gobiernos de su hermano, que es sobrevivir al segundo de Gobierno en el Ministerio de la Presidencia. Este 2024 será clave para marcar su futuro político. (Tomás Gómez/El Observador)

La acera opositora

Entre los partidos que no están en Gobierno las rutas toman dos vías. Por un lado se han planteado ideas de coalición y por otro, las opciones individuales.

Ahí destaca el caso de los socialcristianos, también con buena cosecha con las Elecciones Municipales.

El presidente del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Juan Carlos Hidalgo, ha postulado su simpatía por la idea.

“Desde un inicio he trabajado por la reincorporación de figuras de la Unidad, por ejemplo, ya don Rodolfo Piza, es una figura que regresó. De tal forma que, dentro del partido Unidad tengamos una bandera en común para las próximas elecciones; al menos esa es la estimación mía”, dijo Hidalgo tras consulta de El Observador el mes pasado.

Su propio nombre es uno de los que ha sonado presidenciable entre los rojiazules. A él se suma el nombre del diputado Leslye Bojorges, con amplia presencia en redes. Igual está por verse si Erwen Masís, actual representante ante el BCIE, intentaría capitalizar el impulso que tuvo con su precandidatura en 2021.

El expresidente Rafael Ángel Calderón mostró apoyo a la idea de volver a unir a los bloques socialcristianos. Él actualmente está con el Republicano (Archivo)

Siempre en la Asamblea Legislativa deberá definirse si Fabricio Alvarado y Eli Feinzaig harían un nuevo intento o cederían los liderazgos de sus movimientos a otras fichas. Los partidos Nueva República y Liberal Progresista, respectivamente, han estado vinculados siempre a sus nombres.

Una situación similar topa el Frente Amplio. Sus resultados presidenciales más optimistas los ha obtenido cuando José María Villalta ha estado como legislador. Ahora está abierta la incógnita de si el abogado emprendería la carrera como lo hizo en 2014 y 2022; o si otras caras representarían la bandera amarilla.

El caso de Liberación Nacional

No deja de ser llamativa la posición en que está Liberación Nacional. Por primera vez en su historia la agrupación enfrenta tres períodos seguidos fuera de Zapote y de momento no se levantan perfiles específicos para la contienda.

El Secretario General, Miguel Guillén, había pedido no encender fuegos electorales antes del proceso municipal. Pasado el episodio con resultados no tan positivos, el dirigente ha centrado esfuerzos iniciales en rechazar una coalición.

“He planteado con mucha insistencia que no es el momento ni para aspiraciones ni para candidaturas. Hay que contener los ímpetus y las ambiciones personales y debemos concentrarnos en los problemas nacionales”, indicó ante consulta de este medio.

Sumó que en agosto tendrán una asamblea para definir las reglas con que se definirá la próxima candidatura. Ello implicará decidir si se mantiene la convención actual a padrón abierta o se hace cerrada entre militantes.

El caso del PLN es particular, pues ha logrado mantener mayorías legislativas pese a los reveses en la votación presidencial (Alonso Solano/El Observador)

Nombres sin partido

En el mapa general para 2026 aparecen también otras figuras que de momento no se relacionan con partidos en específicos.

Uno es el economista Álvaro Ramos, presidente de la CCSS al inicio de la actual Administración.

Él se ha mantenido activo como una voz crítica a algunas políticas públicas y lecturas del Gobierno, cosechando simpatías que, sin embargo, no se han canalizado aún a ningún partido, requisito esencial para participar en la política costarricense según la normativa.

En la misma línea va la expresidenta Laura Chinchilla. Mientras medios internacionales la han señalado como una posible figura para la Secretaria General de la Organización de Estados Americanos, en otros corrillos se alud a la posibilidad de una reelección.

El partido es una duda, pues que ella tuvo un rompimiento con Liberación Nacional en 2022. El 28 de julio de aquel año, la primera Presidenta de la República marcó distancia con la agrupación fustigando el rumbo que llevaban el bloque legislativo y su dirigencia, un distanciamiento que no se ha reparado desde entonces.

Aunque ella no ha dado luces sobre planes políticos futuros, diversas voces ponen a Laura Chinchilla en perfiles más activos tanto dentro como fuera de Costa Rica (AFP)

Lecciones de otras elecciones

Las próximas Elecciones Presidenciales serán el domingo 1° de febrero del 2026.

El hecho de que faltando 22 meses para la cita ya anden moviéndose nombres no deja de llamar la atención de los expertos, sobre todo por las formas que ha tomado la política nacional en la última década.

“Lo que nos ha enseñado el comportamiento del electorado costarricense en los últimos tiempos, concretamente en los últimos 3 procesos electorales es que la definifición de a quien apoyar, inclusive de quien enviar a una segunda ronda que se ha vuelto ya algo casi que usual, se resuelve en los últimos días del proceso”, recapituló el analista Sergio Araya.

El experto apuntó también que las candidaturas de las menos proyectadas han terminado colándose al balotaje y ganándolo. En 2014 fue el turno de Luis Guillermo Solís y para 2018 fue aún más sorpresivo como Acción Ciudadana (con Carlos Alvarado) y Restauración Nacional (con Fabricio Alvarado) se encumbraron en pocas semanas hasta definir la contienda. No muy lejano fue el cuadro del 2018 cuando el nombre de Rodrigo Chaves empezó por lo bajo hasta repuntar y terminar ganando.

“Pareciera que a diferencia de lo que ocurría hace 30 o 40 años cuando se hablaba de que tenía que comenzarse temprano una campaña y que inclusive había candidaturas que tendían que cumplir con lo que llamamos “derecho de piso” hoy ocurre lo opuesto”, anotó.

“Comenzar temprano una campaña no da certeza ni garantía de mayor probabilidad de éxito. Al contrario, pareciera que esas campañas que comienzan muy temprano se terminan diluyendo con el devenir del tiempo”, sumó.

Las elecciones del 2018 siguen ilustrando como puede cambiar una contienda de un momento a otro: en ese momento un pronunciamiento de la Corte Interamericana sobre los derechos de la población sexualmente diversa terminó por definir un balotage indédito (AFP)

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