Tomás Gómez
Personas de más países de Sudamérica y Asia están sumándose a los venezolanos que ingresan por Panamá en su ruta a América del Norte.
Según los últimos datos que maneja el Gobierno de Costa Rica, el 66% del flujo sigue proviniendo de Venezuela, pero se suma:
- 12% de Ecuador
- 7% de Haití
- 5% de China
- 3% de Colombia
- 1% de India
- 1% de Chile
El resto del grupo de migrantes lo componen personas desde Perú hasta Afghanistan.
Esta llegada de transcontinentales muestra como el delito de trata de personas se está manifestando, advirtió el Canciller, Arnoldo André.
Expectativas por Panamá y Colombia
La Viceministra de Gobernación, Marlen Luna, es directa al advertir que se espera un agravamiento del problema migratorio en los próximos meses.
En 2022, por ejemplo, la explosión de la crisis se dio en octubre, pero este 2023 ya desde agosto estaban alertas encendidas.
Panamá informó recientemente que la cantidad de personas que cruza el Darien-la zona de selva desde Colombia-ya superó el registro del año pasado.
Dado que el fenómeno golpea a toda la región, las autoridades del país mostraron la expectativa sobre las medidas que van tomándose más al sur del Continente.
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Por ejemplo, Panamá anunció el último fin de semana la reducción del permiso de turismo, la exigencia de presentar pruebas de sostenibilidad económica o multas por la migración ilegal. Ahora se esperan ver los resultados.
Eso sí, la medida clave dependerá de acciones de Colombia.
“El único que puede hacer algo en este momento es Colombia”, puntualizó la jerarca, detallando que se dependería de controles en el ingreso al Darién.
Otro perfil de los migrantes
Según los elementos mostrados por las autoridades migratorias, en los últimos años el perfil de la ola migratoria se ha modificado y con ello, las necesidades para abordarlo.
Anteriormente llegaban hombres solos, en bloques de 200 a 400 diarios. Ahora, la arribada es de 3.000 por jornada y abarcan 40% de mujeres y 20% niños.
La Viceministra Luna advirtió que a su llegada a Costa Rica le detectan problemas de salud, que van desde el cansancio y la desnutrición, hasta las secuelas de abuso sexual en el camino.
“Lo más humanitario que podemos hacer”
Dentro del abordaje de la migración, las autoridades costarricenses dividen la estrategia en dos vías. Una tiene que ver con las medidas internacionales, pero otra corresponde a la gestión local.
Ahí, la medida por la que se apuesta es por facilitar la movilidad a las personas que no quieren quedarse en Costa Rica, sino seguir hacia Estados Unidos.
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Para ello se estableció el sistema de transporte de frontera a frontera, donde cada extranjero paga su viaje.
“Esto es lo más humanitario que podemos hacer por ellos”, indicó.
Como parte de esa logística, se detalló que se esperan algunos cambios.
De momento, Panamá los deja a casi 2 horas de las frontera, de ahí se mueven a Paso Canoas y luego se les recibe en el Centro de Atención para Migrantes (Catem).
Hasta ahora el tránsito por el país tarda unas 10 horas pero la intención es que las personas puedan llegar directamente al CATEM sin freno en frontera, para que se agilice el movimiento.
En territorio costarricense, los buses transportan a esta población hasta el cantón de Los Chiles, para que continúen su camino hasta Nicaragua.
