Sergio Arce
Natalia Calderón para El Observador
En estos momentos que estamos viviendo, el estrés está presente en muchos hogares y los niños y jóvenes no se escapan.
Un estudio de la Universidad Miguel Hernández de España señala que 9 de cada 10 niños se están viendo afectados.
Algunos comportamientos producto del estrés por el confinamiento que se están presentando son:
- Dificultades para dormir.
- Dolores de cabeza.
- Comerse la uñas.
- Dificultad para concentrarse
- Bajo rendimiento en las clases virtuales o remotas.
- En niños pequeños regresiones (algunos han vuelto al uso del pañal).
- Los adolescentes se muestran más irritables y confrontativos.
Algunos elementos que nos pueden ayudar a atenuar esta situación:
Vínculo familiar, la piel. Abrazos, contacto físico. Tocarnos genera endorfinas que alivian. La piel es el órgano más grande y tiene muchas conexiones nerviosas. El contacto continuo en la infancia nos ayuda a crear receptores de oxitocina (la hormona del amor).
Tiempo especial (de ser posible cada día 20 minutos)
Relación con la naturaleza. La naturaleza es por excelencia un regulador del sistema nervioso
Andar descalzos (libera estrés).
Jugar con barro, tiene muchos beneficios entre los cuales sensación de felicidad y reduce la ansiedad.
Jugar y jugar. Juego libre.
Recreos cerebrales (respirar, saltar, conectar consigo mismo).
Los niños necesitan la seguridad emocional, pero también la estructural, por eso es tan importante el uso de rutinas flexibles y un mínimo de tres espacios de ejercicio físico y cinco de respiración o relajación (mindfulness).
