Yaxún Víquez para El Observador
Bueno, quizá lo ha hecho en algún momento, quizá crea que lo está haciendo hoy mismo, respire, sienta y piense por algunos momentos; ¿qué tanto no estoy avanzando por mantenerme en el dolor, la ira o la nostalgia del pasado?
Esta época del año es maravillosa para hacer este ejercicio.
Cuando nos aferramos de esta manera, generamos en nosotros el efecto de considerarnos no merecedores de nada y entonces no entendemos el porqué de muchas de las desavenencias de nuestra vida.
Hoy podemos elegir acogernos a los peores momentos de nuestra vida o empezar a preocuparnos y ocuparnos de nosotros mismos para construir un presente y futuro diferente.
Hágalo por usted, el qué dirán no es importante, exprese amor hacia usted, cuide de usted mismo, regálese la posibilidad se ser y estar feliz.
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insiste en permanecer en ella más del tiempo necesario pierde la alegría y el sentido del resto.
Cerrar círculos, cerrar puertas, cerrar capítulos, como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrar, dejar ir momentos de la vida que van clausurándose y como dice una muy buena amiga… “aprender lo que se debe aprender para irnos…”
¡En la vida nadie juega con las cartas marcadas, hay que aprender a perder y a ganar… ¡Es necesario soltar!
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con lo que tenemos en el presente, sabiendo que día a día decidimos cómo construir el futuro
¡El pasado ya pasó!