El secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar, estimó este viernes que la vacuna Pfizer/BioNTech contra el covid-19 podría comenzar a ser administrada a la población el lunes o el martes, una vez que sea aprobada por las autoridades reguladoras.
Una comisión consultiva de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomendó el jueves que se autorice el uso de la vacuna. De allí que el funcionario informó que este ente regulador probablemente va a proceder a dar su visto bueno definitivo “en los próximos días”.
“Vamos a trabajar con Pfizer para la distribución y podríamos tener personas vacunándose el lunes o el martes de la próxima semana”, indicó Azar en una entrevista a la cadena ABC.
La recomendación fue adoptada por una mayoría de 17 votos del grupo de expertos, en contra de tres votos en contra y una abstención.
La vacuna fue considerada segura y sin efectos secundarios graves. También con una eficacia del 95% después de dos dosis para prevenir el covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus.
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Las primeras dosis
Las dosis van a ser entregadas directamente a los hospitales y a las farmacias que van a vacunar a los grupos prioritarios: los residentes de los geriátricos y los profesionales sanitarios.
La primera dosis parece comenzar a proteger después de diez días, pero menos que con el refuerzo tres semanas después.
“Las respuestas inmunes provocadas por el ARNm (ARN mensajero) son similares a las de la infección natural. Pero, por supuesto, la vacuna de ARNm no es infecciosa y no puede causar enfermedades”, resumió Kathrin Jansen, directora de Vacunas en Pfizer, durante una sesión de preguntas y respuestas con el comité.
Un alto cargo de la FDA precisó que en Estados Unidos el compuesto no está recomendado para personas que tengan una alergia a alguno de los componentes.
Este país es el más afectado por la pandemia con 15,6 millones de casos confirmados y más de 292.000 muertos, según los datos de la Universidad Johns Hopkins, que son utilizados como referencia.
El miércoles el país sufrió más de 3.000 muertes en 24 horas.