Paula Ruiz
Antes de marzo de este año era un ministro con bajo perfil. Fue el covid y su aparición diaria en la pantalla chica, durante los primeros meses de la pandemia, lo que disparó a Daniel Salas como un personaje reconocido.
Se convirtió en la figura más esperada durante todos los días para brindar información sobre el virus y a la vez, sus característicos llamados de atención.
Las cadenas internacionales de noticias, incluso reconocieron la labor de Costa Rica bajo la batuta del ministro.
Y no era para menos, pues a dos meses de iniciada la atención de la pandemia en el país, solo se contaba con seis muertos y 16 hospitalizados, así como 400 casos activos, destacó BBC Mundo el 30 de abril.
El ministro se convirtió no solo en la figura que daba todos los días los datos sobre covid-19 sino también en piñata, meme y queque e incluso arrancaba más de un suspiro. Hasta su forma de vestir generaba conversación en redes sociales.
Al igual que se habló de si lucía cansado. Agobiado. De si era cierto que iba a dejar el cargo.
Daniel Salas se convirtió en la figura del año. Caló en la población al punto que su imagen se utilizó en piñatas, queques y memes.
¿Y el empleo?
Pero conforme los días avanzaron se terminó la Luna de Miel.
El jerarca fue señalado en reiteradas ocasiones como el gestor de todas las decisiones que tomaba el Gobierno. Mucho más allá de solo el tema de salud pública.
“Hay que preguntarle a Salud”. “Si Salud lo autoriza”. Esas fueron las respuestas recurrentes de otros jerarcas cuando se cuestionó el cierre de la economía, las restricciones, el cierre de escuelas, el cierre de fronteras y demás medidas que golpearon la economía nacional y a miles de hogares costarricenses.
Miles de empleados no pudieron salir a trabajar y ganarse el sustento para llevar a sus casas.
La cifra de desempleo alcanzó el 24,4% en los meses de mayo, junio y julio y tuvo una leve caída a 21,9% entre los meses agosto, setiembre y octubre.
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En octubre se reportó un total de 1,27 millones de personas tanto desempleadas, con jornada reducida o reportaron algún impacto en su trabajo debido a la pandemia, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En varias ocasiones, sectores de comercio pidieron al Gobierno la apertura para poder trabajar. (Photo by Ezequiel BECERRA / AFP)
El covid llegó a su puerta
El ministro no se esperó que el covid tocara la puerta de su familia.
El viernes 14 de agosto, Eduardo Salas, padre del ministro, tuvo una complicación cardiaca lo que ameritó su internamiento en el Hospital México.
Días después, se informó que don Eduardo dio positivo con la enfermedad y su contagio “pudo ser intrahospitalario”.
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Salas realizó cuarentena hasta el 6 de setiembre, después de tener contacto con su progenitor.
Pese a la lucha, Eduardo Salas falleció el 16 de setiembre. Así fue como el ministro vio cómo la pandemia golpeó a su familia con lo más preciado: la vida.
Al que ya no escuchan
La voz del ministro se fue disipando y aunque ya no es un desconocido para la población, sus llamados no tienen el mismo impacto.
El ejemplo más reciente se dio el domingo 20 de diciembre cuando pidió a la afición celebrar en sus burbujas junto a sus familias. Ese mismo día llegó la ansiada copa número 30 para la Liga Deportiva Alajuelense.
La petición de Salas no caló en la población que optó por salir con mascarilla a ondear banderas, lanzar fuegos artificiales, realizar cánticos y celebrar a más no poder.
El ministro Salas se convirtió en una figura que impactó al país con sus decisiones que trascendieron el ámbito de la salud y tuvieron repercusiones a nivel político, económico, histórico y social.
Daniel Salas, ministro de Salud, informó el 6 de marzo anterior sobre el primer caso positivo en el país. (Paula Ruiz/El Observador).
