Hermes Solano
Argentina necesitaba ganar, sumar tres puntos y olvidarse de lo que pasó en el debut contra Arabia Saudita.
Para ello se agarró de su figura, de su mejor jugador y líder del plantel: Lionel Messi.
El jugador del PSG marcó la diferencia en un partido que parecía cerrado, que fue muy físico y que pintaba para empate.
Pero en la segunda parte aprovechó un espacio para mandar la pelota al fondo y revivir la esperanza.
Argentina ganó 2 a 0 gracias al gol de Messi y a un golazo de Enzo Fernández, quien se metió al área y remató fuerte para vencer a Memo Ochoa.
La victoria de Polonia sobre Arabia Saudita más temprano le puso más picante al juego. Si México le ganaba a Argentina la eliminaba del Mundial, el torneo en el que se decía era el gran favorito, además de que es el último de Messi.
Eso le añadió un ingrediente adicional y mucha más presión a ambas selecciones, porque los mexicanos también tenían claro que de perder se les podría complicar el camino para la última fecha.
El ambiente fue inmejorable. El Lusail Stadium lució con 80.000 personas sus mejores galas. Recibió a los argentinos y mexicanos, las aficiones más numerosas presentes en Catar.
Cánticos, abucheos, gritos y el olé retumbaban en el escenario, el mismo donde se va a jugar la gran final.
La rivalidad que hubo en la cancha se trasladó a las gradas, donde cuando unos cantaban, los otros intentaban silenciarlos. ¿La más bulliciosa? Los mexicanos llegaron a escucharse más, eso sí, luego del gol sudamericano bajaron las revoluciones.
En el primer tiempo Messi casi no apareció. La marca de los mexicanos hizo que pasara desapercibido. De hecho, las jugadas en ofensiva fueron pocas de uno y otro lado.
Los arqueros casi no intervinieron. El Dibu Martínez sí “voló” en un tiro libre de Alexis Vega. El lance fue espectacular para la foto.
El partido también fue físico; hubo muchas faltas, roces y lucha.
(AFP)
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Apareció el genio
México se echó atrás en la segunda parte. Sabía que el empate le dejaba un panorama favorable para la tercera fecha, donde enfrenta a Arabia Saudita.
Esa decisión la aprovechó Argentina, que se aprovechó de un despiste del rival para encontrar a Messi en el frente del área.
El 10 recibió la pelota y remató de una vez, cruzado, abajo… La pelota tomó rumbo a la red para desatar la locura de los miles de argentinos.
Era el gol esperado, el necesitado para quitarse la presión y pensar en la victoria, la única vía para seguir con vida y jugarse la clasificación en la última fecha ante Polonia.
Fue el segundo gol de Messi en esta Copa del Mundo y el octavo en su historia en mundiales.
La tranquilidad total llegó al 87 con el golazo de Fernández -asistencia de Messi- para una victoria clave de la albiceleste, que ahora depende de sí misma para avanzar a la siguiente ronda.
Por su parte, México se queda con un punto y ahora deberá sacar la calculadora. No solo debe ganarle a Arabia Saudita, sino esperar que Polonia pierda con Argentina y ver la diferencia de goles.
Los mexicanos ponen el color en el Mundial (AFP)
Miles de argentinos están en Catar viendo a su selección. (AFP)
