En dos años de pandemia no fueron pocas las ideas técnicas y algunas veces políticas que se promovieron en Costa Rica para lidiar con la pandemia.
Pruebas locales, sueros y mascarillas fueron parte de un menú, cuyos resultados no se masificaron o aún están bajo investigación o mejora.
Este es un resumen de algunos de esos planes que fueron noticia al anunciarse.
Pruebas con sello costarricense
El 23 de abril del 2020 el país hizo uno de sus más ambiciosos al indicar que se fabricarían pruebas de covid-19.
En ese momento había una escasez global y la promesa buscaba atenuar la amenaza. Eso sí, hubo críticas pues el plan era incipiente y faltaban procesos científicos complejos para el producto final.
Fue a mediados del 2021 cuando las pruebas estuvieron listas y se obtuvieron resultados exitosos. Su eficacia fue igual a la de modelos comerciales y ahora sirven de base para otras investigaciones académicas.
El proyecto estuvo a cargo del CENEBiot y, según su director, Randall Loaiza, no se masificaron pues las autoridades de salud salieron avante con los insumos disponibles.
Aunque el presidente Carlos Alvarado alegó el viernes que no se tenían resultados con las pruebas, el equipo científico salió a desmentirlo.
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Recuperados y caballos entran en acción
Costa Rica ha desarrollado por años diversas terapias basadas en sueros que intentaron replicarse en los casos de covid-19.
Por un lado estaba el plasma de pacientes recuperados, del cual se intentaron extraer células fortalecidas para combatir la enfermedad.
El otro plan fue la generación de sueros equinos, donde se inyectaban trazas de la enfermedad a caballos para generar respuesta inmune. En lo específico, este proyecto lo desarrolló el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica.
A pesar de los resultados iniciales, el plasma equino sigue bajo investigación y el humano estaría descartado.
Según informó el Semanario Universidad en diciembre anterior, los estudios de plasma convaleciente se desecharon y los del suero equino seguirían con pruebas un poco más masivas.
Se intento profundizar sobre el estado del proyecto. Pero la CCSS y la UCR indicaron mutuamente que sería la otra institución la encargada de dar detalles al respecto.
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Respiradores artificiales más accesibles
Otro de los temores al inicio de la pandemia era la falta de ventiladores en los hospitales que se veía en otras latitudes.
Nuevamente las universidades públicas entraron en acción y tanto la UCR como el TEC desarrollaron sus modelos.
Aunque se presentaban como plan alternativo, las autoridades de salud autorizaron su uso en caso de que fueran necesarios.
Ambas instituciones avanzaron y mejoraron sus prototipos. Incluso el TEC presentó a finales de febrero una versión 2.0 con mejoras técnicas y médicas.
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Vía saliva
Otra de las medidas con avances significativos en la de pruebas de saliva que impulsan en conjunto la UCR, el TEC y la UNA.
Se trata de un testo tipo RT-LAMP, que busca material genético del virus para detectar si una persona está positiva.
Sus sustancias generan un cambio de color en la muestra, lo que facilita la obtención de resultados.
Mascarillas desinfectadas
También desde la academia surgieron varios proyectos referentes a las mascarillas.
El TEC, por ejemplo, presentó varios prototipos que buscaban la ergonomía y la seguridad. Estos están bajo revisión.
En la misma institución, además, se presentó un prototipo de máquina que desinfectaría las mascarillas para poder reutilizarlas. De este no fue posible conocer el estado de la investigación.
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