Hermes Solano
Lo que antes era excepcional, la actual Asamblea Legislativa lo ha vuelto normal. En un año y tres meses que tienen de labor, los actuales diputados han realizado muchos debates reglados y también varias interpelaciones a ministros de Gobierno.
“Los debates reglados son una herramienta extraordinaria que se está volviendo peligrosamente ordinaria, que la puede estar devaluando”, consideró el analista político Daniel Calvo.
El debate reglado está instaurado en el artículo 193 del reglamento de la Asamblea Legislativa, pero habla específicamente para discutir y analizar el discurso presidencial del 2 de mayo, aunque se puede hacer una moción para realizarlo en cualquier momento.
Durante este 2023 se han realizado ya varios debates por diferentes temas, entre ellos: el ataque a la libertad de prensa desde Casa Presidencial, la suspensión de obras de infraestructura de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) o la no renovación del convenio con Cinde.
Hubo debate por el Día Internacional de la Mujer y también previo a la elección de la Defensora de los Habitantes.
También se realizaron debates por los nombramientos del Consejo de Gobierno en la junta directiva de la CCSS y en las últimas dos semanas se realizaron dos: uno sobre el aniversario del voto femenino en el país y otro en la conmemoración del día de las poblaciones indígenas.
“Es importante que el Congreso se pronuncie sobre algunos temas, aunque a veces se les va la mano”, dijo el analista. Además, considera que es una válvula de escape -por ejemplo en sesiones extraordinarias- al no tener una agenda amplia de trabajo.
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Paulina Ramírez, diputada del PLN.
Control Político
Los diputados tienen opiniones y criterios divididos respecto a la utilización de esta herramienta. Algunos sí lo consideran un abuso; otros, en cambio, creen que es parte de lo que ha ocurrido en el país desde la administración.
“Creo que ha habido muchos temas que han generado que se pida el debate reglado, lo que no ha sucedido en otras épocas. Ha habido tantos temas y para eso son los debates reglados porque se requiere control político de temas específicos”, mencionó Paulina Ramírez, del PLN, quien recordó que en su primera legislatura, entre 2014 y 2018 se usó poco la herramienta.
“Si bien es cierto han sido más habituales estos debates, considero que se debe por algunas acciones del gobierno de la República, que resultan preocupantes para la institucionalidad y la democracia costarricense”, analizó por su parte Monserrat Ruiz, también diputada verdiblanca.
Similar criterio tiene el jefe de fracción del PUSC, Alejandro Pacheco, considerando que es parte del control político que ellos como legisladores deben hacer ante lo que sucede en el país y las decisiones de las instituciones gubernamentales.
“Los debates reglados responden en su mayoría a temas de interés nacional, es un mecanismo de control político, propio de un parlamento”, afirmó, indicando además que no debería ser una obstrucción al avance de proyectos.
“Lo que debe existir es un equilibrio para que este tipo de debates no se conviertan en una herramienta para obstaculizar el avance de proyectos de ley importantes para el país”.
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En contra
Jorge Dengo del Liberal Progresista y Pilar Cisneros de la fracción oficialista consideran que los debates aportan poco, máxime que en la mayoría de los que se han realizado, todos concuerdan en los criterios.
“Todos los temas que se discuten en la Asamblea Legislativa son importantes, pero creo que hay que buscar los foros adecuados”, indicó el liberal.
“Poco favor le hacemos a estas causas, todas importantísimas, dedicando tiempo que podríamos dedicar para la discusión que requieren nuestra aprobación”, añadió, considerando que la dinámica debería de cambiar.
La oficialista Cisneros también cree que esos debates no aportan mucho.
“A mi juicio los debates reglados no aportan mucho porque no hay un diálogo o un intercambio de posiciones seguidas, sino que cada fracción toma el tiempo que le corresponde, expone su punto de vista y ya”, consideró.
La diputada señaló haber hecho una propuesta para cambiar la dinámica de este tipo de herramientas, pero que no encontró apoyo.
“Les había sugerido a los compañeros y a don Rodrigo Arias organizar debates temáticos, pero no se aceptó mi propuesta”.
Ministro de Comex en interpelación ante los diputados.
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Interpelaciones
Otra de las herramientas que antes se usaban poco y que ahora han aumentado en el Plenario son las interpelaciones a los jerarcas del Gobierno.
El analista Daniel Calvo considera que aunque genera muchas expectativas, finalmente no tiene el impacto real que debería.
“Son una moción que genera o que levanta demasiadas expectativas, principalmente en prensa, pero terminan generando un sinsabor, porque a diferencia de otras latitudes, no hay una implicación mayor”, manifestó.
En esta legislatura ya fueron interpelados el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, en dos ocasiones. También la que fue ministra de Salud, Joselyn Chacón, y el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar.
Se quiso interpelar a la expresidenta del PANI, Gloriana López Fuscaldo, pero fue removida de su cargo.
Sumado a esto se presentó un voto de censura contra Acosta, que finalmente no tuvo los votos reglamentarios para otorgarlo.
“Genera un sinsabor en la población al saber que no tienen implicaciones más allá del punto de vista mediático y la presión que generan los diputados en pro de pedir la renuncia, que no ha pasado”, explicó el analista.
