23 voces Cambio Climático

El cambio climático visto desde los ojos del sector eléctrico nacional y centroamericano

  Efrain Abarca, presidente de la Comercializadora de Energía para América (CEPAM) El cambio climático, como problema global, tiene muchos…

Por Redacción El Observador

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El cambio climático visto desde los ojos del sector eléctrico nacional y centroamericano
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Efrain Abarca, presidente de la Comercializadora de Energía para América (CEPAM)

El cambio climático, como problema global, tiene muchos frentes identificados para combatirlo y el sector eléctrico cuenta con el gran reto de revertir decisiones del pasado mediante el uso de energías renovables. 

Más que un escrito académico, esta es una narración de lo visto durante 25 años de estar inmerso en la industria que “alumbra” a nuestro país y a la región centroamericana. Culminaré este texto con dos petitorias, las cuales tratarán de colaborar con el gran problema en que nos hemos metido como humanidad.

En los inicios de los años 80, me correspondió mudarme de San José a los Ángeles de Tilarán, Guanacaste. Como cualquier niño en ese paraíso, disfrutaba de los placeres de la libertad. Mi padre se dedicaba día y noche a estudiar y ejecutar el montaje de la planta hidroeléctrica de Corobicí como miembro del equipo de ingenieros y técnicos que tenía el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) asignados para este importante reto, que traería consigo un gran aporte al desarrollo del sector eléctrico nacional. 

Para finales de los años 90, me correspondió ingresar formalmente al sector mediante una contratación en el Centro Nacional de Despacho del ICE y mi pasión por estos temas se oficializó. Se trata de producir y distribuir un kilovatio/hora en cada uno de nuestros hogares, comercios e industrias para el funcionamiento de toda la economía nacional. 

Foto Archivo/El Observador

En esa época, varias leyes nacionales marcaron el rumbo del país, a saber: las leyes 7200, 7508 y 7848. Las dos primeras versan sobre proyectos privados de generación eléctrica renovable y sobre estas quiero recalcar que fuimos el único país de la región centroamericana que marcó un hito para el futuro y los efectos del cambio climático. 

Las concesiones y licencias de producción fueron exclusivas para energía renovable. Mientras nuestros vecinos otorgaban licencias para producción mediante combustibles fósiles, los líderes del sector siempre tuvieron y tienen claro que este último tipo de producción era exclusivamente de manejo del Estado como respaldo de potencia y ante escasez de energía renovable. Nunca adoptamos esa energía eléctrica para el desarrollo de la economía nacional, decisiones irreversibles para el bien de nuestro país y para mal de los otros países que luchan contra el tiempo para corregir su matriz energética.

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Por supuesto, el porcentaje de participación privada en el país es pequeño pero verde, esto ha complementado perfectamente los planes de expansión de generación que ha tenido el ICE en temas de energía renovable y es lo que ha convertido a nuestro país en una potencia mundial en generación renovable. 

Hago hincapié en las leyes del sector privado porque en los otros países lo que ha desequilibrado la matriz energética ha sido la permisividad a que cualquier empresa pueda desarrollar plantas con fuentes de combustibles fósiles.

El sector eléctrico costarricense puede sentirse orgulloso de cumplir con la demanda bajo estándares que luchan contra el cambio climático. Pero, resulta que no somos una isla, somos un país que no sólo comparte el problema del cambio climático con el mundo, sino que estamos interconectados eléctricamente desde Panamá hasta Canadá y muy pronto con Sudamérica. Seremos una América interconectada por redes de alta tensión que permitirán los intercambios de cada excedente de energía que produce cada país.

Cada kilovatio/hora que sobre en el sistema eléctrico nacional, es trasladado a nuestros vecinos centroamericanos, obviamente remunerado, lo que automáticamente se traduce en un kilovatio/hora menos producido mediante combustibles fósiles, lo que se traduce en un aporte a la lucha por el cambio climático. 

Lo anterior lo menciono porque tenemos tanto potencial para producir energía solar y eólica que podríamos ser ahora una potencia exportadora de energía renovable, una actividad que se encuentra bloqueada por leyes que solo permiten al sector privado producir para la demanda nacional como si el cambio climático dependiera solo del tipo de energía que consumimos los ticos. Llegó la hora de abrir esa frontera y seguir creciendo como país y lo que nos gusta, exportar productos que mejoren el bienestar común.

Por esas cosas de la vida, en el año 2011, decidí independizarme y ser agente libre en la región en temas de mercados eléctricos competitivos, gracias a la Ley 7848 que aprobó el Tratado Marco del Mercado Eléctrico de América Central y que muchos no han tenido la oportunidad de profundizar, y muy posiblemente es lo más maravilloso que hemos hecho los centroamericanos en cualquier sector que se vea. 

Foto Archivo/ El Observador

Integración eléctrica

La integración eléctrica de la región es un ejemplo único y mundial de cómo deberían de interactuar este tipo de sector en regiones donde hay más de dos países compartiendo frontera eléctrica.

Lo primero es que es un tratado internacional, lo que significa que a nivel legal está como mínimo a la par de una ley nacional, lo que da una seguridad jurídica inmejorable. Un buen ejemplo de esto es cuando me preguntan que si los vecinos nos pagan la energía que les enviamos, la respuesta es que, después del año 2001, se implementó este mercado, todo está respaldado por garantías, todo está centralizado en materia legal y operativo en instituciones regionales.

Es un mercado competitivo que nació para equilibrar precios de energía entre los países y vaya que lo ha logrado, tanto así que la línea de transmisión que se construyó para este mercado ya se está quedando corta, pronto habrá que ampliarla.

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El Mercado Eléctrico Regional (MER) es la bolsa de energía de Centroamérica, donde generadores, distribuidores, transmisores, comercializadores y grandes usuarios convivimos y siempre busca minimizar el costo de la energía para uno o para el otro, pero siempre con ese fin, el que no busque eso, el mercado lo expulsa. Si un generador quiere vender su energía tiene que luchar con los comercializadores, porque estos últimos siempre intentarán buscar un precio más bajo para desplazarlo y esto se refleja en la tarifa del consumidor. 

Los gobiernos de Centroamérica pueden sentirse orgullosos de haber implementado el MER. 

Ahora, ¿el cambio climático dónde lo dejamos en este gran desarrollo regional? Cuando revisamos el tratado, los protocolos, los reglamentos, las resoluciones… nos damos cuenta que el objetivo desarrollado de la integración era bajar precios y el objetivo no desarrollado fue incentivar las energía renovables. Hay menciones muy tibias, es decir, ya se nos quedó corto el tratado, hay que modificarlo, hay que incluir la energía renovable como prioridad e incentivos para desarrollarla, hay que crear nuestros certificados de energía renovable que premien al productor y respalde al consumidor de esa energía, ya lo hicimos con el precio al consumidor ahora sigue nuestro compromiso con el medio ambiente.

Mis dos petitorias:

  1. A las autoridades nacionales: permitamos desarrollar el sector privado para la exportación de energía renovable y que adicionalmente en época seca desplace a los combustibles fósiles. Con esto llegamos al 100% de energía renovable anual y desarrollamos otra marca país en exportación de energía renovables.
  2. A las autoridades regionales: no atrasen más el incentivar la energía renovable bajo el marco del tratado. Como región hemos sido ejemplo de integración del sector eléctrico, lo que sigue es ser ejemplar como una región con 100% de energía renovable.

 


Este artículo forma parte del especial 23 voces del cambio climático de El Observador. Dirigido por Berlioth Herrera. Coordinado y editado por Michelle Soto