Rodrigo Díaz
Una rebaja al impuesto a los combustibles que se haga de forma temporal y proporcional al aumento de los precios internacionales del petróleo es la nueva propuesta del sector empresarial para evitar un encarecimiento del costo de la vida.
Dicha iniciativa ya es de conocimiento de las autoridades y de diputados en la Asamblea Legislativa, explicó José Álvaro Jenkins, presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (Uccaep).
Los legisladores estudian actualmente dos propuestas para buscar una solución que reduzca el impacto del alza del precio internacional del petróleo, como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania.
El lunes no hubo quorum para sesionar, por lo que no se pudo avanzar en el tema.
Tocar el impuesto al combustible
La propuesta empresarial toca un punto que el Gobierno se ha negado a plantear: rebajar el impuesto al combustible.
De acuerdo con Jenkins, existe una metodología de ajuste del precio. Sin embargo, el mundo vive tiempos extraordinarios, por lo que es necesario tomar medidas para que esos aumentos no provoquen una mayor inflación.
La mayor preocupación es el precio del diésel, por las repercusiones que tiene tanto en el transporte público y de carga. Además, impacta en el aumento de insumos y alimentos.
Ante ello, los empresarios proponen que no se suba el impuesto único al combustible, cuyo ajuste se realiza de forma trimestral. El Gobierno lleva una iniciativa similar en la propuesta presentada a los diputados la semana pasada.
Adicionalmente, Jenkins señaló que se puede tomar un precio promedio de $90 dólares (el máximo promedio de los últimos 5 años) y a partir de ahí, establecer un mecanismo para que el impuesto único disminuya en forma proporcional.
Según Jenkins, a partir de un precio de $90, cada dólar que aumenta el precio del petróleo es un alza de alrededor de 4 colones por cada litro de diésel.
La propuesta sería que se rebaje en la misma proporción el impuesto de este combustible.
El representante asegura que el impacto en las finanzas sería mínimo en comparación con el beneficio que tendría que no continúen subiendo los bienes y se afecte el bolsillo de las familias.
“Lo que pedimos es atenuar estos aumentos del costo de la vida que a todas luces es por un evento extraordinario”, puntualizó Jenkins.
Lo ideal era que tanto la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) como la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) hubieran detenido la propuesta de alza, según Jenkins. Sin embargo, el empresario espera que una pronta aprobación de la Asamblea Legislativa al proyecto la revierta.
El viernes anterior, Aresep autorizó un incremento de ¢121 en el litro de diésel (precio quedaría en ¢845). Por su parte, la gasolina súper subirá ¢87 para llegar a 909 por litro, y de ¢85 para un precio de ¢889.
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Freno al aumento
Por su parte, representantes del sector autobusero pidieron al Gobierno suspender “con urgencia” el aumento aprobado.
“No solo somos menos competitivos con nuestros usuarios sino que se incentiva la informalidad y los servicios pirata”, señaló la vicepresidenta de la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans), Silvia Bolaños.
La cámara alertó, otra vez, que de entrar a regir dicho aumento “la mayoría de las rutas entraría prácticamente en un paro técnico y esto obligaría a las empresas a reducir sus esquemas de operación y frecuencia de servicios”.
Por su parte, Daniel Quesada, presidente de la Confederación Nacional de Asociaciones de Desarrollo (Conadeco), también pidió frenar el aumento aprobado. Aseguró que así se hizo en el 2020 “cuando Aresep suspendió las audiencias para no tocar los costos de los servicios públicos por la pandemia”.
Los nuevos precios de los combustibles entrarán a regir cuando se publiquen en el diario oficial La Gaceta.
Rodrigo Díaz
