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¿Es posible hablar con animales y saber lo que dicen? Esto lo permite la comunicación interespecie

Antes de la entrevista con Emilia Delgado, especialista en comunicación interespecie con estudios en México y Colombia, ella primero me…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 4 minutos
¿Es posible hablar con animales y saber lo que dicen? Esto lo permite la comunicación interespecie
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Antes de la entrevista con Emilia Delgado, especialista en comunicación interespecie con estudios en México y Colombia, ella primero me ofreció una sesión de una hora para conversar con Bonnie, la perrita de mi casa.

Sí, ella me aseguró que era posible abrir esa ventana de comunicación entre la mascota de mi casa, una Schauzer de 11 años, y yo, quien suele decir que soy el “tío”, porque la “mamá” es mi hermana Marcela.

En pocas palabras: Emilia quería que yo viviera la experiencia, en lugar de que alguien me la contara o leerla en algún sitio web.

Esta profesional me preparó para ese momento: primero, con un ejercicio de respiración; segundo, a validar datos sobre la personalidad de Bonnie, información que yo no le di de antemano, dicho sea de paso.

A este punto, mi sorpresa no daba crédito a lo que escuchaba: Emilia tradujo lo que la perrita le dijo y que calzó a la precisión con la forma de ser de Bonnie:

  • Es particularmente amorosa
  • Silenciosa, tranquila
  • Le encanta acostarse en la alfombra
  • No es de jugar con peluches ni con bolas
  • Y prefiere estar más on las personas que con otros perros o animales de compañía (aunque hace muy buenas migas con Lía, la perrita de mi cuñada).

La parte más fuerte

Bonnie llegó a mi vida (y a la de mi hermana) hace nueve años. Ella vivía con una familia que no la quería, la maltrataba.

Un día ella se escapó y en su carrera una moto la atropelló. Mi hermana la rescató y la llevó al veterinario, quien le dijo que la única opción de que sobreviviera era amputándole una de las patitas.

Mi hermana se negó y con absoluta devoción -mucho más que la mía, lo confieso- ella la cuidó en cuerpo y alma por espacio de un mes. Meses después ella saltaba por los sillones, corría y en sus ojos se le veía felicidad y gratitud.

Pero yo quería saber si ella se sentía amada, cuidada. Emilia le hizo la pregunta a Bonnie y ella respondió de la siguiente manera:

“Me siento querida, amada. He encontrado paz y amor. Con lo de mi herida y cómo me cuidaron puedo confiar para lo que sea en ellos; incluso, cuando me llevan al veterinario.
“Me siento segura, en paz, disfruto mi alegría, no intento ser de otra manera… más que feliz todo el tiempo.
“Ellos (Marcela y este servidor) me miran como preguntando si hay algo más… y yo solo puedo decirles que me siento amada.
“Yo no pido nada a cambio, ellos me lo dan, ese amor que nace de ellos. Solo el hecho de que existan ya es suficiente”.

A este punto yo no podía contener las lágrimas. Lloraba y lloraba pero no de tristeza, sino de amor.

Ella se sentía amada. Yo me sentía amado por ella. Y no es que lo dudara, pero que ella lo dijera -por medio de Emilia- no tiene comparación.

Aunque también seguía pensando en que para mucha gente esto puede parecer una locura, un sinsentido.

¿Cómo lo logra Emilia?

Lo que puedo constatar hasta este punto es que Emilia logra este tipo de conexión a través de la comunicación interespecie. Ella aclara que no es intérprete, sino traductora.

Y este proceso se hace mediante una “comunicación intuitiva telepática que conecta desde el corazón”. No porque ella sea adivina, porque es enfática en que no lo es.

Explicado mejor: se trata de una forma de comunicación más profunda y verdadera, porque ella percibe los sentimientos que le transmiten los animales, como lo hizo Bonnie en esa sesión.

“Hay cosas que Emilia no sabe y no tengo tanta imaginación como para inventar tantas cosas. Por eso, yo siempre corroboro la información al inicio (de la sesión)”, argumentó.

“Yo no soy adivina, yo voy a inventar nada. Yo recibo lo que me dice el animal, lo que percibo a través de la intuición.

“Esto es algo serio, que se logra con un periodo largo práctica y con un código de ética y, a la lo largo de la comunicación, la persona puede corroborar que está hablando con el animal”.

Usted lo crea o no los animales de compañía no solo tienen esa hermosa capacidad de transmitir situaciones cotidianas con claridad.

Por ejemplo: Bonnie le contó a Emilia que ella prefiere quedarse en la sala para no “incomodar” cuando mi hermana o yo estamos trabajando en nuestros cuartos… como si ella incomodara.

También los animales le transmiten a profesionales como Emilia nuestros estados de ánimo, de salud y hasta si trabajamos mucho o no.

Esta interacción profunda también es posible con animales que ya trascendieron. Aunque en estos casos no deben tener más de dos años de haber partido; de lo contrario, no es posible que haya contacto, explicó Emilia.

En cuanto a las especies, ella ha establecido comunicación con perros, gatos, caballos, peces, hámster, zarigüeyas, cuilos y tortugas, solo por mencionar algunos.

Los animales son genuinos, valientes, amorosos… “es fácil entenderle a un animal desde el amor”, insiste Emilia.

Ella defiende este proceso de comunicación interespecie e invita a los escépticos -con dudas razonables- a conocer más de esta conexión que surge desde el corazón.


Los animales no son rencorosos

Emilia contó que, a lo largo de las diferentes sesiones que ha realizado, ha constatado que los animales no son rencorosos.

La especialista en comunicación interespecie explicó que ellos no le hacen reclamos a la persona responsable de su cuidado. Pero se han dado casos en los que algunos animales han recalcado sobre temas puntuales.

Por ejemplo: un perrito le dijo a la persona con la que vive que extrañaba volver a caminar.

Esta persona le explicó a su mascota que la razón era porque estaba lloviendo mucho, pero le prometió que haría lo posible por sacar el tiempo y espacio para retomar las caminatas.

Otro animalito le dijo a su persona responsable que ojalá tuviera un poco de tiempo para compartir, pero que sabía que el trabajo la estaba consumiendo.

Emilia enfatizó en que en ambas ocasiones los animales nunca estuvieron ni molestos ni había rencor, sino mucho amor.

¿Cómo contactar a Emilia?

Facebook: Las Voces del Planeta

Citas: 8882-1204

Precio por sesión con un animal: $70 (varía de acuerdo con la cantidad de animales)