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Jurassic World: Dominion

@Popcorn506 para El Observador Se nota la llegada del verano (USA y Europa) en las salas de cine. Es una…

Por Blog

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Jurassic World: Dominion
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@Popcorn506 para El Observador

Se nota la llegada del verano (USA y Europa) en las salas de cine. Es una época siempre agradable en la que los grandes estrenos vuelven con todo el ruido del marketing y los espectadores nos asomamos para recibir los golpes en el centro de la cara.

En este caso, más que golpes, realmente son rugidos y fluidos que salen de las bocas de unos dinosaurios muy poco cariñosos. Pero nosotros sí les tenemos cariño, desde hace más o menos treinta años, porque es la fecha en la que se estrenó la primera película de Jurassic Park.

Y aquí es cuando concluye la saga, o eso dicen, con Jurassic World: Dominion. Lo de eso dicen es porque, al final, money is money y, si sale rentable, la rescatarán, resucitarán, rebootearán o harán una serie inspirada en el universo. Los trucos y las salidas de la ficción son infinitos.

Pero vamos a lo que se cuece en esta que tenemos ahora en la pantalla grande. En general, y para que nadie se sorprenda: aquí no hay engaño. Creemos que todo el mundo es consciente de que aquí se viene a desconectar, a pasar ratos de emoción, tensión, espectáculo y evasión.

Con esto, también queremos ser honestos y reconocer que no estamos ante la mejor película de la saga ni ante una producción que recordaremos con excesivo entusiasmo a final de año. No es su objetivo y eso es parte del mérito que sí le atribuimos. Como película, sabe lo que es, lo que busca y lo que ofrece. Y lo consigue.

El escenario es el de un mundo en el que los dinosaurios están omnipresentes y conviven, si es que esa es la palabra apropiada, con los seres humanos y el resto de animales. Pero unos sucesos inesperados ponen el delicado equilibrio mundial en peligro.

No es que el guion y la historia sean las mejores del mundo y, la verdad, gran parte del atractivo, en lo que a nosotros respecta de la película, es la vuelta del trío original, de esos tres actores que tanto encantaron en la primera trilogía, y que han servido como reclamo para esta: Sam Neil, Laura Dern y Jeff Goldblum, que se unen a Chris Pratt y Bryce Dallas Howard para plasmar un reparto muy top. Desgraciadamente, eso es lo más llamativo de la película: que tira de nostalgia sin otros aciertos reseñables.

Pero como eso es lo que necesitábamos, nos conformamos y aplaudimos. Aquí tampoco hay grandes agujeros de guion como sí se ha visto en producciones del nivel hace unos años, y la película es muy consistente en todos los aspectos visuales.

Si acaso, pero son las tendencias, actuales, le podíamos echar en falta un poco más de dureza a alguno de los bichos, un poco más de peligro verosímil e incluso un poco más de gore. Porque, insistimos, la película ha apostado casi todo por la nostalgia y un poco más de inversión en guion y en acción, y menos en guiños e inconsistencias en la trama habría dejado mejor sabor de boca.