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King Richard: la historia del padre de las hermanas Williams

@Popcorn506 para El Observador El atractivo y el éxito de muchas historias viene por el encanto de sus finales. Y…

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King Richard: la historia del padre de las hermanas Williams
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@Popcorn506 para El Observador

El atractivo y el éxito de muchas historias viene por el encanto de sus finales. Y el encanto puede darse por dos motivos: porque sean buenos y, sobre todo, porque sean sorprendentes.

De hecho, muchas películas funcionan porque su final es inesperado e impactante, aunque siempre tiene que ser coherente y honesto. Incluso si los finales son malos o, en otras palabras, no son felices.

Pero qué difícil es plantear una película que dura casi dos horas y media sobre una historia que, en realidad, aún no ha terminado, y de la que todo el mundo conoce su final. Es todo un reto para los que la quieren hacer y también para los que la quieren ver.

Todo esto lo decimos porque King Richard es una película que cuenta parte de la vida de Richard Williams, el padre de dos de las mejores tenistas de la historia que todavía siguen en activo. Y esto de las biografías tan actuales añade todavía un plus de dificultad al asunto.

Pero King Richard funciona y lo hace a las mil maravillas. Y si pensamos esto es por varios méritos que, a diferencia de su final, sí resultan sorprendentes.

El primero es la buena combinación entre guion y dirección. A pesar de la larga duración, ni la historia se resiente en interés en ningún momento ni la dirección flaquea a la hora de administrar el ritmo y las emociones.

El director aquí, Reinaldo Marcus Green, se ha decantado por un estilo conservador, casi diríamos que poco habitual en la actualidad, pero que resulta muy efectivo en pantalla. Y lo ha hecho con una profesionalidad que resulta igual de sorprendente que la consistencia del guion de Zach Baylin, dadas sobre todo las pocas experiencias previas con las que contaban ambos.

El otro de los grandes méritos de la película es, sin duda, su protagonista: Will Smith. La categoría que tiene este actor es tan elevada que aúpa a la película por encima de la corrección a unos niveles mucho más preciados. Y es que, más allá del marketing que supone contar con su nombre en el cartel –prácticamente el único conocido de todo el reparto salvo pequeñas apariciones de otros–, su talento interpretativo es capaz de sujetar al film en grandes alturas durante todo el metraje.

Porque, aunque al final el suspense vaya virando hacia el despegue de la carrera de Venus, que es la mayor de las dos hermanas y que debutó en el tenis profesional de manera muy precoz, Smith está presente en un porcentaje casi absoluto de las escenas de la película.

Ahora bien, tenemos que ser conscientes de que el papel de Smith en esta película va mucho más allá de la actuación protagónica. Ha ejercido como impulsor y productor de la película y esto hace que su mérito tenga que ser aún más reconocido, ya que en sus manos han estado decisiones que han influido en todo lo que hemos estado defendiendo anteriormente.

Con lo que nos quedamos aquí, más allá de todo, es con una historia bonita, en la que unos valores tan universales como son el amor por la familia, el esfuerzo y la constancia tienen todo el éxito. Vale, esto no siempre sucede, pero por eso esta historia se ha contado como película.

Y para los que sigan dudando ante una biografía sobre un personaje actual y con todo lo que parece que va a resultar, también tenemos que decir, sin conocer ni mucho menos la vida real de Richard Williams: esto no es una hagiografía. Así que tranquilos, que tampoco se trata de blanquear o de elevar a los altares a alguien que está lejos de ser perfecto.

Puede que por esto la película funcione aún mejor. En caso contrario, habría acabado resultando sospechosa o provocando rechazo. Y lo que consigue en realidad es, directamente, una película muy recomendable para disfrutar en multitud de ámbitos, desde los amantes de este deporte tan bonito a un público familiar.