Tomás Gómez
La presidencia legislativa de Silvia Hernández cierra con datos muy distintos de los que se podían esperar en medio de la complejidades que marcaron su elección.
En mayo del 2021, cuando alcanzó la silla más importante del Congreso, el país atravesaba la peor ola de covid-19 que se había registrado. Incluso ella terminó contagiada.
Además, eran los días en que la diputada Nidia Céspedes tenía acaparado el salón de sesiones con una protesta.
Pasado un año de ello y con el récord de haber promulgado casi 700 leyes en su gestión, Hernández celebra los resultados alcanzados y señala al diálogo como la única vía para sortear el atípico período en que le tocó comandar el Primer Poder de la República.
“La respuesta inmediata es que nunca se puede agotar el diálogo franco y sincero y en eso ha estado el objetivo de mi Presidencia”, señaló al consultársele por el estilo con que lideró Cuesta de Moras.
“Activamos las reuniones de fracción de manera constante, dimos un seguimiento muy minucioso a los acuerdos que ahí se tomaban para respetar esas voluntades y sobre todo construimos confianza”, resaltó.
Pese a sus complicaciones y retos, Hernández insistió en que siempre habrá que darle un chance a democracia y los resultados que esta trae.
“Mi mensaje es que los espacios democráticos aunque parecen lentos son efectivos. Eso es lo que la ciudadanía tiene que tener presente en momentos donde se abre tanto autoritarismo en la región, no se puede pasar por la idea de prometer pan hoy y hambre mañana”, señaló.
La juramentación del Directorio encabezado por Silvia Hernández tuvo que ser adaptado por la presencia de la exdiputada evangélica Nidia Céspedes protestando en medio salón de sesiones (Paula Ruiz/ El Observador).
Reactivar el país desde la curul
Si bien el arranque de la presidencia de Hernández coincidió con un pico de la pandemia, los números de casos empezaron a estabilizarse y con ello volvió a tomar visibilidad el golpe económico que sufría Costa Rica.
“Este período heredó toda la complejidad de una pandemia, que implicó fundamentalmente una pérdida masiva de empleos y tuvo que entrar a hacerle frente a esa dinámica laboral”, recuerda la jerarca.
Solo el primer trimestre vieron la luz 77 leyes. Según la diputada “el mismo sector productivo (las) catalogó como leyes de enorme incidencia para atacar la problemática de empleo y la pobreza”.
Llegaron después otros temas que abarcaron desde los acuerdos con el FMI hasta temas que llevaban años rezagados como Contratación Administrativa.
A ellos la presidenta saliente sumó cambios paradigmáticos como el hidrógeno verde y la ley que llevará Zonas Francas fuera del Valle Central.
A lo largo de la legislatura Silvia Hernández fue jefa y subjefa de fracción. Además, presidió la Comisión de Hacendarios y lideró investigaciones como la de la UPAD (Foto: Asamblea Legislativa).
Lo urgente, lo esencial y lo malo
Otro de las amenazas que sobrevolaban la gestión de Silvia Hernández era que coincidía con el año electoral.
Ella misma reconoce que la última parte de cada Gobierno suele verse como una “transición”, pero esta vez había tareas procrastinadas que no hubo chance de alargar.
Como máximo ejemplo Hernández puso Empleo Público. “Tuvo de todo menos cálculo electoral en plena campaña”.
La diputada celebra además ese resultado por el desafío que implicaba el tener a tantos diputados buscando la Presidencia de la República.
“Creo que la campaña nunca obstaculizó esta Asamblea Legislativa. Por primera vez en la historia, 9 diputados fueron precandidatos y eso pudo traer inclusive dinámicas muy oportunistas o muy propias de cada fracción política y no fue así. No se pusieron intereses propios”, destacó.
En la acera de los pendientes, eso sí, la política advierte que los temas urgentes algunas veces desplazaron otros ajustes que también eran importantes.
“El balance pese a que siempre quedan pendientes y en mi caso con humilde sentido de autocrítica, la próxima Asamblea tiene que prestar atención a algunos problemas de visión de mediano y largo plazo”, advirtió.
Resaltó ahí aspectos como la modernización del ICE o la revisión de las metodologías de Aresep para definir precios.
Hernández aprovechó también para recordar las complicaciones que hubo en el cuatrienio para negociar con el Gobierno del PAC, principalmente por la rotación de puestos.
“Una bancada oficialista ampliamente reducida y la dinámica de cambio de 4 distintos Ministros de la Presidencia impedía la priorización clara entre el Ejecutivo y la Asamblea”, rememoró.
¿Silvia Hernández candidata?
La visibilidad de su gestión llevó a varios sectores a perfilar en Silvia Hernández una posible candidata a otro puestos políticos.
La posibilidad no se fraguó en las elecciones pasadas aunque ella misma admite que tenía ilusión de haber ido al Poder Ejecutivo con nuevos proyectos de haber ganado Liberación Nacional.
Ahora, en cambio, se prepara para volver a su faceta de profesora universitaria, y eventualmente buscar espacios en un organismo internacional.
“A mi me gustaría empezar a ver algunos horizontes que me permitan ampliar una visión mucho más regional en las diferentes temáticas e inclusive aprender en algunas temáticas en las que estoy interesada”.
¿Valoría una candidatura presidencial u otros cargos con Liberación Nacional?
“Primero lleguemos ahí”, concluyó.
Silvia Hernández es economista formada en México y Holanda. Antes de ser diputada fue asesora y viceministra de Planificación (Asamblea Legislativa)
