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La lluvia se rindió ante el sabor caribeño que Juan Luis Guerra derrochó en el Estadio Nacional

No solo un Estadio Nacional con miles y miles de fanáticos se rindió ante Juan Luis Guerra, la noche de…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 2 minutos
La lluvia se rindió ante el sabor caribeño que Juan Luis Guerra derrochó en el Estadio Nacional
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No solo un Estadio Nacional con miles y miles de fanáticos se rindió ante Juan Luis Guerra, la noche de este sábado 10 de junio.

La lluvia -que cayó intensamente desde la tarde y parte de la noche- dejó de empapar como por arte de magia apenas Guerra salió al escenario pasadas las 8 p.m.

El artista se presentó en Costa Rica en el marco de su gira mundial llamada “Entre mar y palmeras”.

Guerra hizo y deshizo a los ticos a su antojo por casi dos horas: los puso a mover su humanidad, a cantar a viva voz y a aplaudir hasta que las manos no aguantaran.

Y es que entre él y Costa Rica hay una conexión especial, que se demostró con la venta loca de entradas poco después de que estuvieron disponibles.

El artista de 66 años -recién cumplidos por cierto- llegó a suelo nacional en cuatro ocasiones en los últimos 10 años: 2013 y 2014 en el coloso de La Sabana. Y en el 2015 en Parque Viva.

En todas las presentaciones del rey de la bachata no sobraron entradas, de acuerdo con los reportes de los medios en aquel entonces.

¡A lo que vinimos, empapados!

Guerra salió al escenario al ritmo de “Rosalía” mientras el Estadio Nacional vibraba con los gritos de la fanaticada.

“Yo fui tocando mil veces (ay Rosalía)
Pa’ que me abrieras la puerta (ay Rosalía)
Pero tu amor enloquece, mira (ay Rosalía)
Y a veces le da sordera (ay Rosalía)”, rezó la primera estrofa de este tema que levantó a la gente de sus asientos.

Luego les tocó el turno a “La Travesía”, “La llave de mi corazón”, “Vale la pena” y “Como yo”.

A estas alturas el Estadio Nacional era una gigantesca pista de baile.

La fiesta estaba armada… y la lluvia también lo sabía, por eso hizo bajó su intensidad, aunque los presentes ya estaban más que mojados.

Esto a pesar de que las cientos de almas intentaron evitarlo a toda costa con capas plásticas de ¢500, pero que se vendían en hasta ¢3.000 y ¢4.000.

El músico, compositor y productor prosiguió con dos arreglos de salsa y bachata, así como con los temas “Niágara”, “Para Tí”, “Ojalá que llueva (Café en el campo)” y “Las Avispas”.

Cuando dejó el escenario la gente al unísono le pidió otra canción. Y él no dudó en complacer con tres canciones infaltables.

“A pedir su mano”, “Bachata rosa” y el cierre lo hizo con “La Bilirrubina”.

Arropado por el cariño de los ticos y un juego de pólvora espectacular, Juan Luis cumplió una vez más en suelo nacional. Un suelo, por cierto, lleno de agua, porque esta se quedó hasta el final del concierto.