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Popcorn506 para El Observador
En las últimas fechas, hemos estado ocupados con una de esas series tan particulares que casi solo las podría hacer Prime.
The Peripheral (La periferia) es una apuesta bastante valiente que, con una gran inversión en dinero y talento, es muy complicado que alcance a un gran público.
De hecho, por su temática y ritmo, parece claro que el foco estaba puesto en una audiencia fiel que la tratara como lo que muchos ya están haciendo: como un objeto de culto.
Y no es de extrañar, dado que parte del público que va a atraer han sido lectores de la novela en la que se basa, que también es un producto de culto y muy apreciada por un gran número de personas.
¿De qué trata?
Comencemos por el principio: Flynne y su hermano Burton viven en un pequeño pueblo de las montañas Blue Ridge en Estados Unidos del futuro, aunque no es un futuro demasiado lejano, es el año 2032.
Una de sus ocupaciones principales es jugar a un videojuego de simulación en el que toman posesión de un avatar para ganar dinero avanzando niveles.
Pero llegado un momento, a Burton le ofrecen participar en una versión beta de un nuevo juego. Es su hermana la que termina formando parte de algo que va más allá de una simulación…
Es como si se trasladara a un futuro más lejano, a finales de siglo, pero que en realidad se corresponde con el Londres de 2099 de verdad.
Todo para el culto
Como se puede ver, aquí tenemos los ingredientes para un cóctel de culto perfecto. Una trama original, llena de elementos de ciencia ficción y con un avance pausado muy intrigante.
Puede que esto fuera mejor que los estrenos habituales de Netflix, con todos los capítulos de golpe.
Pero no vamos a negar que a veces querríamos darle al siguiente capítulo para conocer qué viene después.
Sin lugar a duda, el principal atractivo visual es la actriz protagonista, Chloë Grace Moretz, que es uno de esos rostros en los que uno se queda permanente, observante, embriagado.
Tiene un talento de esos innatos con los que, gracias a su magia encandilando a la cámara, nos encandila a todos y hace un punto más creíble cualquiera de sus papeles, sea del tono y del estilo que sea.
Más puntos a favor
Otro de los puntos potentes de la serie es su esmerado nivel de producción artística, con unos conseguidísimos efectos técnicos y visuales.
Estos, añadidos a los detalles con los que adornan cada escena y cada escenario, nos permiten disfrutar sin complejos de la trama, sin ninguna distracción que acabe estropeando la experiencia audiovisual.
Tenemos que advertir, aunque ya hemos avisado ligeramente, que no es una producción en la que prime la acción ni el frenesí.
Esto, a ojos de los espectadores acostumbrados al dinamismo y a ritmos potentes, puede que resulte lento, y entonces sí que puede verse empeorada la experiencia.
Pero esa falta de velocidad se ve compensada con el suspense que provocan los cambios de giro en la serie.
La conclusión ante los que no se hayan sentado todavía es que estamos ante un producto complejo, que compensa su falta de accesibilidad con un elegante gusto por los detalles visuales y una ambiciosa trama que a los amantes de este tipo de historias les resultará fascinante.
En otras palabras, La periferia es una serie diferente y atrevida, y ese riesgo es su principal valor, sobre todo en un momento en el que tantas obras, películas y series, parecen no querer salirse de la fórmula que funciona y que, simplemente, culmina en productos iguales y previsibles.
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