Paula Ruiz
El lenguaje utilizado por el presidente de la República, Rodrigo Chaves, podría estar incitando a la población a ser violenta en su trato hacia otras personas. Al menos, así lo cree Claudia Palma, quien es antropóloga, académica e investigadora de la Universidad Nacional (UNA).
Palma presentó su análisis el jueves pasado en una conferencia de prensa como parte del Programa de Análisis de la Coyuntura de la Sociedad Costarricense, de la Escuela de Sociología.
Cuando se le preguntó si Chaves estaba fomentando la violencia en el país de alguna manera a través de sus acciones desde el Poder Ejecutivo, la investigadora destacó que primero debe tenerse en cuenta que Chaves se ajusta a las actitudes autoritarias señaladas como preferentes por parte de la ciudadanía, según encuestas.
La antropóloga calificó al mandatario como un “personaje” al especificar que él se comporta de manera coherente con actitudes autoritarias. “Es un presidente que entra y sale de este juego y que, en términos de lenguaje simbólico, claro y explícito, invita a situaciones violentas en el trato con las personas”, consideró.
Además, Palma llamó la atención sobre la situación que ocurrió el miércoles pasado en una conferencia de prensa con Gloriana López, presidenta ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), a quien Chaves le pidió que no discutiera en público.
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Palma explicó que la expresión de Chaves, de no discutir en público, es considerada como violencia de género desde la perspectiva feminista.
“Saca del ámbito de la discusión pública en donde todos nos podemos enterar qué es aquello que podría discutir con una persona, que además es una mujer, un tema que nos involucra a todas las personas, no solamente a la ministra”, explicó Palma.
Para la investigadora, Chaves es un personaje mediático que prefiere basar sus respuestas a la prensa en comentarios de personas en redes sociales en lugar de datos precisos, como sucedió este miércoles cuando fue cuestionado sobre el precio del arroz.
Ticos con corona
Como parte del análisis de la coyuntura política, el politólogo Carlos Carranza hizo una observación sobre el lenguaje utilizado por el presidente Chaves durante su discurso de informe de labores del primer año de su mandato en el Poder Ejecutivo.
En ese discurso, Chaves se refirió a un sector de la sociedad como “ticos sin corona”, específicamente a “unas pocas y marchitas aristocracias políticas, periodísticas, empresariales y gremiales que se aliaron, pasando por encima de nuestras leyes e instituciones o amañándolas a su antojo”.
El mandatario expuso ante diputados, jerarcas de los Supremos Poderes, ministros, cuerpo diplomático e invitados que “los ticos con corona, esos de la casta codiciosa, interrumpieron nuestro avance, momentáneamente, ya que, gracias a Dios, retomamos la senda correcta”.
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Para Carranza, Chaves debe tener cuidado con el tono, dado que cerró la posibilidad de negociar con grupos de poder necesarios para buscar acuerdos.
“Los calificó muy duramente, yo sé que en política uno difiere y no todo es la felicidad completa, la política es contradicción y conflicto, pero en democracia uno tiene que negociar”, advirtió.
Para el experto, es necesario “superar la violencia del lenguaje”, ya que se requiere diálogo y consenso debido a la coyuntura que afronta el país.
Carranza reconoció que lo expuesto por Rodrigo Arias, presidente legislativo, cuando dijo que no hay “enemigos”, debe ser valorado por Chaves.
“Mi recomendación siempre será el diálogo respetuoso, la conversación constructiva, el respeto a las ideas ajenas, no ver enemigos donde no existen y, por el contrario, tratar siempre de construir soluciones para tantos problemas que hemos mencionado”, expuso el diputado el martes.
Para el analista, es necesario que el mandatario ponga de su parte para lograr los acuerdos requeridos.
Rodrigo Chaves, presidente de la República, llamó ticos sin corona a un sector de la sociedad. (José Díaz/ Agencia Ojo por Ojo, para El Observador)
