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Mientras violencia digital crece en Costa Rica un proyecto intenta endurecer las penas

Las agresiones virtuales a personas en condición de vulnerabilidad, los ataques o el envío de material pornográfico no deseado forman…

Por Tomás Gómez

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Mientras violencia digital crece en Costa Rica un proyecto intenta endurecer las penas
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Las agresiones virtuales a personas en condición de vulnerabilidad, los ataques o el envío de material pornográfico no deseado forman parte de las muestras de violencia digital que un proyecto de ley intenta combatir.

La iniciativa es de la diputada liberal Johanna Obando y busca modernizar las penas contra estas nuevas manifestaciones.

Para ello, más que delitos nuevos, se propone actualizar otros ya existentes.

“Se pretende sancionar conductas que se lleven a cabo por medios electrónicos o cualquier tipo de plataforma digital”, explicó.

“Lo que pretende este proyecto es subsumir tipos penales que ya están calificados dentro del Código Penal; buscando no acrecentar la normativa penal ya creada sino que se puedan asumir en otros tipos penales”, sumó.

Los cambios que vendrían

Entre los principales ajustes estarían:

  • Se impondrán penas de 1 a 2 por delitos contra el honor de menores de edad y personas con discapacidad. La sanción sube a 3 años si se hace mediante medios electrónicos.
  • El envío de material pornográfico no solicitado se sancionaría con pena de 6 meses a 1 año. Esto salvo que se llegue a configurar otro delito más grave.
  • El acoso y asedio tendrá penas de 1 a 4 años, siendo las más altas si se usan medios tecnológicos.
  • En los casos de abuso sexual donde medien las plataformas o la víctima termine suicidándose se aplicarán penas de 4 a 10 años.
  • También se agravan las penas para los casos de violación de datos personales, fabricación de pornografía y corrupción sexual donde la víctima tenga algún tipo de discapacidad.

Además, se aprovecharía para actualizar la normativa al nuevo paradigma de Drechis Humanos. Por ejemplo, se sustituiría la referencia “incapaz” por “persona con discapacidad”.

La proponente agregó que las conductas siempre deben ser consensuadas pues de lo contrario surge la violencia y hay que combatirla; sobre todo cuando afecta a poblaciones en particular.

“Siempre tiene que mediar voluntades de las partes, creemos que es un proyecto innovador que viene a salvaguardar y defender a nuestro menores y personas con discapacidad”, cerró.

Violencia digital al alza

En los últimos años, diferentes expertos y revisiones han advertido como los espacios virtuales se han convertido en escenarios de violencia.

“Este no es fenómeno nuevo, prácticamente con la llegada de las redes sociales vino este tipo de prácticas dañinas, que se alimentan particularmente del odio para generar mayor conversación o interacción”, explica Cristian Bonilla; Decano de la Facultad de Arte, Diseño y Comunicación Colectiva de la Universidad Latina.

“Existe un elemento relacionado con la posibilidad del anonimato, lo cual hace que el medio digital sea más propicio para generar este tipo de violencia y por otro lado, las redes sociales no están reguladas, por lo cual, las personas pueden decir lo que quieran y de parte de las plataformas digitales no existe censura o moderación alguna de la conversación”, agrega.

OBSERVE MÁS: Expertos alertan sobre aumento del “discurso del odio” en las redes sociales en Costa Rica

Según él, incluso las regulaciones tienen problemas para sancionar todas las manifestaciones.

“En otros países se ha generado legislación que ha venido a penalizar la violencia digital, lo cual es complejo también de aplicar, ya que detrás de un perfil podría estar otra persona totalmente diferente al de su perfil en redes sociales”, explica.

ONU también advirtió por discursos de odio

Donde también han alertado sobre el crecimiento de la violencia virtual en Costa Rica es desde Naciones Unidas (ONU).

Un estudio a redes sociales aplicado el año anterior -aplicado entre la ONU, la UCR y la firma COES- encontró más de 937.000 mensajes de redes ligados al odio y la discriminación; un disparo tomando en cuenta que el año previo la cifra fue de 548.000.

“El 77% de los mensajes analizados tenían la intención directa de ofender, agredir y violentar a otros grupos o personas; lo que representa un incremento de 8 puntos porcentuales respecto al período anterior”, resaltaron.

De paso, la medición mostró que si bien la política es el principal detonante en este tipo de violencia, otros factores sociales y personales se han convertido en blanco directo de ataques.

Orientación sexual, género, xenofobia, choque generacional, así como religión, racismo y discapacidad entran en la ecuación.

De estos llamaron la atención particularmente los temas de discapacidad, fé y edad, pues ahí los ataques se multiplicaron exponencialmente de un año a otro.