Berlioth Herrera
Carlos Peña para El Observador
Costa Rica es un país con una tradición agrícola importante, este sigue siendo uno de los sectores que más empleo genera a nivel nacional y representa un porcentaje importante de nuestras exportaciones y Producto Interno Bruto (PIB).
Es tradicional escuchar en las aulas universitarias un cierto desprecio al sector agrícola y una exaltación a la tecnología o servicios profesionales por parte de quienes educan en dichas escuelas.
Como les he venido contando, desde el año pasado me aventuré a un emprendimiento agrícola en la zona de Abangares y Atenas en la producción de madera; me parece un producto de poco cuidado, fácil de trabajar, bajo costo y alta rentabilidad.
Claramente no cuento con las habilidades, ni conocimientos profundos en la materia, como para pretender dejar mi actual giro de negocio en consultoría y dedicarme al agro enteramente.
Es por lo anterior que decidí asociarme con una empresa que me aporta un ingeniero forestal, guías técnicas y me asegura la compra de las cosechas.
No ha sido sencillo levantar la inversión inicial para lanzar este emprendimiento, ya que los bancos están totalmente cerrados a considerar emprendimientos nuevos, en agronegocios y en emprendedores novatos en la industria.
Entonces, como siempre, recurrí a inversionistas privados para levantar el proyecto. Con ello pude adquirir la finca y el capital de trabajo necesario para lograr el proyecto.
Les menciono lo anterior porque el alto desempleo conlleva pensar en alternativas para generar ingresos.
Considero que personas que actualmente son graduados universitarios y no tienen ingresos en los agronegocios pueden encontrar grandes oportunidades, el ir a la universidad le enseña al estudiante a aprender, nada más; y con eso pueden estar seguros que tienen habilidades suficientes para ser exitosos en los agronegocios.
Lo anterior lo digo porque con el tiempo que llevo en la zona, hablando y conviviendo con finqueros y peones locales he aprendido varias cosas que les comparto:
En el último punto pongo por ejemplo a personas ganaderas bovinas que les he comentado que la carne de cordero es mucho más rentable, menos costo operativo y retorno más acelerado, pero me objetan constantemente aferrándose a su giro de negocio tradicional. Nadie está obligado a cambiar su vida si no quiere, eso está más que bien, pero pongo sobre la mesa este pensamiento que me cruza la mente hace bastante, hay una resistencia a ver alternativas productivas.
Por otra parte, quienes salen de la universidad y se encuentran desempleados, rechazan los trabajos en el sector agrícola porque lo consideran muy difícil, poco lucrativo y digno, pero dejan de ver que se pueden conseguir espacios de intermediación por producción y venta de productos básicos con grandes márgenes de ganancia y posibilidad de escalar.
Por ejemplo, durante la presente crisis sanitaria, el precio de la carne pasó de 1094 en enero 2020 a 1400 el kilo en enero 2020, lo que significa un 28% de incremento en ingresos por venta de este producto, además, a nivel de exportaciones, según PROCOMER durante el 2020 la carne de res de exportación aumentó su demanda en un 12%.
No pretendo con esta columna decirles a las personas sin empleo que busquen espacios para ir a recoger café o “chapear” terrenos, si no que exploren las oportunidades de ser productores agrícolas.
El negocio agrícola permite, para personas altamente productivas, encargarse de las gestiones de la finca durante la mañana y tener a partir del medio día muchas horas para atender otros giros de negocio.
Lo que he notado, especialmente en Abangares, es que muchas personas dejan dinero en la mesa por no querer romper viejos moldes familiares, no asociarse con otras personas o simplemente activamente gestar proyectos agrícolas.
Desde mi experiencia les puedo decir que un proyecto agrícola, bien administrado, tiene estructuras de costos baja, alto rendimiento y siempre tendrá demanda.
Es por lo anterior que recomiendo enfocar una producción en agronegocios en los siguientes productos:
Estos son productos sin proveedores o pocos proveedores a nivel nacional, quienes marginan cientos de veces los costos de producción.
No les tenga miedo a los agronegocios, bien manejados son altamente rentables.
