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Economía costarricense daba señales de mejora antes del COVID-19

Hasta febrero pasado, la economía costarricense todavía daba señales de mejora, según los datos más recientes del Índice Mensual de…

Por Juan Pablo Arias

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Economía costarricense daba señales de mejora antes del COVID-19
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Hasta febrero pasado, la economía costarricense todavía daba señales de mejora, según los datos más recientes del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), publicados la noche de este miércoles por el Banco Central de Costa Rica.

Al cierre del segundo mes del 2020, la producción del país registró un crecimiento interanual del 2,7%, superior al de un año antes. Sin embargo, se denotó una pérdida de impulso en el proceso de recuperación que hasta entonces llevaba la actividad económica.

“Los datos sugieren que el proceso de recuperación que inició en junio de 2019 se mantenía hasta febrero de 2020, aunque a menor ritmo”, señala el Banco Central en su informe.

La Autoridad señaló que los efectos de la pandemia sobre la economía costarricense se conocerán hasta mayo, cuando se publiquen los datos actualizados a marzo, mes en que se conocieron los primeros casos de contagio en el país y las primeras medidas restrictivas al comercio y el tránsito.

Los resultados se conocen pocas horas después de que el ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, augurara un decrecimiento de la economía para este año, con motivo de la crisis por la pandemia.

Crecimiento disímil

En febrero, el crecimiento continuó con comportamientos disimiles según el régimen de producción: mientras las empresas ubicadas en los regímenes especiales (como zonas francas) crecieron a tasas de dos dígitos (10,3%), las del régimen definitivo (la mayoría) crecieron un 1,4%.

Pese a esto, el Banco Central resaltó que el crecimiento observado en las empresas del régimen definitivo en febrero fue el más alto observado desde setiembre 2018 para este grupo de empresas.

En este comportamiento influyó la recuperación en la industria agropecuaria y de la actividad comercial. Estas industrias a partir de agosto de 2019 empezaron a mostrar tasas positivas de crecimiento, luego de diez meses de reducciones en el nivel de producción.

El régimen definitivo sigue afectado por la contracción que registra la industria de la construcción desde diciembre de 2018.

Evolución por sector

De acuerdo con el informe, en febrero la actividad agropecuaria registró un incremento interanual de su producción del 2,2%. El resultado se vincula principalmente con la normalización de las condiciones climatológicas, que favoreció la producción de banano y productos destinados al mercado local (hortalizas, raíces, tubérculos y arroz).

La manufactura creció un 4,6%, la mayor tasa para esta actividad desde marzo de 2007. Ese crecimiento estuvo explicado por el dinamismo de los regímenes especiales (9,8%), particularmente en la fabricación de implementos médicos, además por la mayor producción de bienes alimenticios, farmacéuticos y la recuperación en la producción de beneficiado de café.

La construcción se contrajo 14,7%, tanto por la menor construcción con destino privado como con destino público y la actividad comercial creció 1,4%, como resultado de la mayor comercialización de alimentos (incluidos los agropecuarios), productos farmacéuticos, de cuido personal y bebidas en general.

Los servicios crecieron un 3,7%, debido a resultado combinado de los servicios empresariales, las actividades de enseñanza y salud, el flujo de turistas y los servicios de electricidad.

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